Hello familias!!
Hoy es un día muy especial para nosotrxs porque es el último del PILI VIGO 2020, aunque estamos segurxs de que no será la última vez que estemos en Sligo. Ya sabéis, unx debe volver a aquellos lugares donde ha sido feliz y nosotrxs lo hemos sido y mucho. A las 07.30 am nos esperaban en el aparcamiento Marina, Ángela y Manish (todxs vigueses de adopción) para darnos una de las más emotivas despedidas que Andrés y yo hayamos presenciado jamás como monitores. Y con los sentimientos a flor de piel, pudimos reponernos un poquito en el transcurso de las casi 3 horas de camino a Dublin (en las que por primera vez, el bus iba casi en silencio).
Army Anais
Fuimos los primeros en llegar al aeropuerto, así que pudimos firmar nuestras banderas, sudaderas, regalar cajitas de bombones y tarjetas (mil gracias de nuevo), pesar nuestras maletas en básculas de verdad (mucho más efectivas que Juan el gurú y la pesa portátil de Manu), y hasta pesarnos a nosotrxs mismxs (para comprobar si pudo más el gym o el ñam).
Dani llamando a Vueling
Incluso hubo quien quiso facturarse para ser enviado directamente a Vigo y así evitar posibles pérdidas de vuelos.
Una vez realizado el check-in, nos dirigimos al control de metales y ahí nos tocó la china ya que íbamos justitos de tiempo (Helena y Nico expandían el pánico de perder el vuelo), y tocó hacer control aleatorio de sustancias psicotrópicas. Nosotrxs estuvimos a su lado durante todo el proceso, ya que al tratarse de menores necesitan ser supervisados, pero como era de esperar, nos dejaron continuar (no sin dejar alguna mochila echa un cristo).
Los últimos de la fila
Algunxs afortunadxs pudimos comprar algo para comer durante el vuelo, y otrxs se tuvieron que conformar con un hacer un fast pis y comer el packed lunch que sus hosts les habían preparado para el viaje, porque tan pronto llegamos a la gate ya tuvimos que ponernos a la cola (y eso que teníamos priority). El avión salió casi con una hora de retraso y ahí si que nos empezó a invadir un poquito el pánico, aunque no tanto como con las turbulencias en la zona de los Pirineos que el piloto ya había anunciado a la salida.
Y al llegar a Barcelona comenzó el auténtico Grand Prix (edición sin Ramón García). Por suerte, unas muy riquiñas guardias civiles nos facilitaron mucho el paso por el tránsito de pasaportes, así que con eso y junto a la media hora de retraso de vueling, el increíble trabajo en equipo de lxs 6 monitores y la colaboración de todxs los grupos, conseguimos colarnos en el vuelo que nos llevaría rumbo a casiña y al maravilloso mundo de los sueños.
Y aunque sé que esta entrada llega con un poquito de retraso, tenía que hacerla. Primero, para informaros de cómo ha sido el último día para vuestrxs repoliñxs y, segundo y más importante, para daros las gracias. Gracias mamis, papis, family, followers. Mil gracias por leernos y a algunas fans por comentar las entradas, lo cual nos servía de motivación para no dejar nada en el tintero. Gracias por haber confiado en nosotrxs el mejor de los regalos que os ha brindado la vida: vuestrxs hijxs. Gracias por haberlxs convertido en las personitas que son, porque os puedo asegurar que todxs y cada unx de ellxs son maravillosxs e increíbles.
La palabra que define a la perfección estas 3 semanas es very beauty. Posiblemente para vosotros no tenga sentido pero para nosotros era nuestra particular forma de reconocernos entre nosotros, entre familia. Fuimos el grupo que más lejos ha llegado con el PILI (tanto geográficamente como por conquistas), el último grupo en abandonar el aeropuerto y en definitiva, el mejor grupo de toda esta edición 2020 (pero eso yo ya lo sabía desde el día que os conocimos en el Peinador).
Pájaro approves it
Que no os quepa la menor duda que os vamos a echar muchísimo de menos, y que aquí los afortunados hemos sido Andrés y yo por haberos conocido.
Pd: no dejéis de ser alma y corazón, que en esta vida es lo único que importa.
Sleep well 🙂
