¡Hola, hola, familias! ¿Qué tal habéis pasado el fin de semana? ¡A nosotros nos ha sentado de maravilla!… Es increíble lo rápido que pasa el tiempo: ¡hace más de una semana que iniciamos nuestro viaje y ya estamos despidiéndonos del lunes!… Pero esa es, sin duda, la evidencia de que estamos disfrutando al máximo de la experiencia, y nos recuerda, al mismo tiempo, que tenemos un compromiso con nuestra audiencia, que sois vosotros: haceros partícipes de ella desde la distancia… ¡Así que esperamos que os regocijéis con la lectura y la selección de imágenes que hemos decidido utilizar para hilar el relato de nuestra aventura! 🙂

Habréis notado cierta poesía en la construcción del párrafo anterior. Aunque no ha sido premeditado, puede que se deba a la influencia que ha ejercido sobre nosotros el haber estado en el lugar en el que algunos de los escritores británicos más reconocidos establecieron sus vidas y desarrollaron sus obras, como Beatrix Potter o William Wordsworth. Y es que ayer, después de un sábado de recreativos para algunos y recolección de calabazas para otros, fuimos de excursión a Lake District (The Lakes, como se conoce popularmente a esta región aquí, en Inglaterra), el mayor parque nacional del Reino Unido; un lugar de una belleza paisajística incomparable y aldeas que parecen haber sido sacadas de un cuento de hadas. La mayoría de nosotros tuvimos que coger el primer tren de la mañana para llegar al centro de Liverpool y reunirnos en Derby Square, donde nos esperaba Hannah, nuestra guía de Daytripper, que ya nos había acompañado en nuestra visita al museo de la ciudad; y John, el conductor del minibús, que se encargó de llevarnos a nuestro destino. El trayecto tuvo una duración de unas dos horas y cuarto, aproximadamente, con una pausa a mitad de camino para poder comprar comida e ir al servicio. Según nos íbamos acercando, Hannah nos invitó a realizar un cuestionario por parejas de quince preguntas sobre las características, la demografía, la historia y las tradiciones de los habitantes del parque, y amplió dicha información mediante un dossier de imágenes y detalles curiosos con el que pudimos hacernos una idea bastante precisa de lo que nos íbamos a encontrar al llegar. John nos dejó justo al principio de una ruta a pie, a través del bosque, que nos condujo a la localidad de Grasmere y que da nombre, a su vez, al lago a la orilla del cual se sitúa. Durante la hora y media que nos llevó completarla, tuvimos la oportunidad de contemplar árboles coloreados con todas las tonalidades del otoño, respirar la serenidad que transmiten las aguas prístinas de la región e inmortalizar con fotografías nuestro paso por un escenario tan especial. Una vez en Grasmere, aprovechamos para comer y recorrer sus calles, llenas de cuervos, petirrojos, confiterías, galerías de arte y tiendas de artesanía. Ya eran las 15:30 cuando decidimos emprender rumbo de vuelta a casa. Como recuerdo de nuestra visita a The Lakes, Hannah nos regaló una tableta de Kendal Mint Cake para compartir, una variedad de rock candy con sabor a menta muy popular entre hikers y montañistas. Como llegábamos, más o menos, a la hora de cenar, John tuvo la amabilidad de dejarnos en las paradas más cercanas a nuestras casas para evitar tener que ir al centro de Liverpool.

La jornada de hoy ha sido más breve que todas las anteriores, aunque de suma relevancia, ya que hemos empezado las clases en el instituto donde interactuaremos con profesorado y alumnado inglés para completar nuestro programa de formación: St. Michael’s. Es un centro anglicano de grandes dimensiones (para lo que estamos acostumbrados; pequeño, según dicen, para los estándares británicos), multitud de departamentos y estrictas medidas de seguridad. Para poder acceder al interior del edificio, tendremos que registrar todos los días en recepción nuestras entradas y salidas, así como portar una acreditación similar a la que tuvimos que llevar durante nuestra estancia en LILA. A nuestra llegada, Catherine, profesora de español, nos dio la bienvenida y nos llevó al punto de encuentro en el que nos podremos reunir en los descansos; una vez allí, nos explicó las normas y el funcionamiento del instituto, nos proporcionó el horario de esta semana y respondió a las preguntas que le trasladó nuestro monitor. Tendremos clase de 9:30 a 12:15, para disponer de tiempo suficiente para comer y desplazarnos a Liverpool los días que tengamos actividades por la tarde; y, finalmente, no contaremos con la presencia de buddies, ya que nuestra incorporación ha tenido lugar en plena época de exámenes, por lo que iremos juntos a todas las aulas (acompañados por Javi). Después de haber sido invitados a una taza de chocolate caliente, algunos estudiantes de bachillerato se ofrecieron a enseñarnos las instalaciones. Lo que más nos llamó la atención del recorrido fue una granja en la que cuidan a dos burros, llamados Ted y Alphie, y a algunos reptiles, como tortugas, gecos y serpientes, a los cuales pudimos acariciar bajo la supervisión de la encantadora señora que se encarga de su mantenimiento. Concluido el tour, asistimos a una clase de teatro en un espacio abierto con patio de butacas y una pantalla grande para la proyección de imágenes. La profesora de la asignatura fomentó nuestra participación en juegos dramáticos simples con los que pudimos romper el hielo y entablar conversación con nuestros compañeros británicos.

En vísperas de una de las festividades más importantes de la cultura anglosajona, os deseamos un buen comienzo de semana y recordamos que este miércoles tenéis una nueva cita con el blog Vigo en inglés. Happy Halloween! 🎃