Hola de nuevo!

La mañana del miércoles transcurrió como otra cualquiera, con los alumnos esperando en la estación de bus a que llegase el X1 para ir al instituto.

Aunque no todos afrontaban el día con las mismas energías, ya que a algunos empezaba a acumulárseles el cansancio.

La sorpresa del día nos llegaría al salir de clase, ya que por primera vez desde que estamos en Gales nos encontramos con que estaba lloviendo. En realidad no fue un hecho tan sorprendente, ya que era de esperar al estar en territorio británico, pero a la mayoría los pilló desprevenidos.
Somos demasiados como para caber en la parada del autobús, por lo que tuvimos que improvisar un refugio debajo de un árbol para resguardarnos de la lluvia.

Por suerte aún no llovía mucho, por lo que prácticamente no nos mojamos y pudimos subirnos al bus sin estar empapados.

Tras un descanso al llegar a la estación de autobuses nos dirigimos al LC2, un establecimiento con cafetería y un pequeño parque acuático. Por desgracia de este momento no tenemos fotos, ya que dejamos los móviles en las taquillas.

El local contaba con 3 toboganes a una gran altura que iban abriendo por turnos. Había que hacer cola para tirarse por ellos, pero a los chicos no les importaba demasiado.
Aparte de eso, el establecimiento también contaba con un jacuzzi y una piscina de olas, por lo que a pesar de que el lugar no era extremadamente amplio, la diversión estaba asegurada.

Cuando llegó la hora de irse los alumnos podían simplemente secarse con sus toallas, pero había un secador gigante en el que se estaba super a gusto y del que no querían salir.

Si no fuese porque había que pagar por el secador, probablemente no hubiesen salido de allí, pero una vez se acabó el tiempo no les quedó otra que vestirse y prepararse para salir.

El secarnos dentro de poco nos sirvió, ya que la tregua que nos había dado el tiempo por la mañana se había acabado. No nos quedó otra opción que ir corriendo hasta la estación de autobuses para mojarnos lo menos posible.

Finalmente llegamos a la estación, aunque más mojados de lo debido. Lo importante es que habíamos llegado y podíamos coger el bus de vuelta a casa.

Como siempre llegamos todos a casa, este día con más ganas que nunca para ponernos ropa seca.

¡Y hasta aquí nuestro jueves por tierras galesas!

Ismael y David

Hola, familias!

La mañana del miércoles tocaba madrugar de nuevo, por lo que ya comenzaba a convertirse en rutina. Algunos ya estaban más que listos para afrontar su segundo día en el instituto.

Los Pili Blinders más listos que nunca

Aunque no todos afrontaban el día con las mismas energías que ellos todos se presentaron sin falta en la estación de autobuses.

Los alumnos galeses deben hacer cada mañana Registration, por lo que los estudiantes vigueses deben esperar hasta que acaben para poder ir a clase con ellos.

Una vez finalizado el segundo día de clase nos dirigimos a la parada, donde cogeríamos el bus X1 de vuelta a la estación de autobuses.

Tras un descanso para comer pusimos rumbo al Bunkers! para jugar al mini-golf.

Una vez en el recinto nos dividimos en grupos de 5 o 6 personas y nos repartimos por los diferentes hoyos para comenzar a disfrutar de la actividad. La mayoría, o prácticamente todos, no había jugado al mini-golf en su vida, por lo que poder jugarlo por primera vez fue todavía más divertido.

El área se dividía en 2 partes con 12 hoyos cada una, con un total de 24, y con una temática diferente como Sons of Anarchy, Game of Thrones o Los Simpson.

Tras el mini-golf cada uno se fue por su lado, o eso era lo que pensaba Xián. Mientras los monitores nos habíamos ido a comprar la tarta y las velas por su 16 cumpleaños, unos cuantos alumnos se habían ido con él para distraerlo hasta que pudiésemos reunirnos todos de nuevo.

Tras un pequeño caos con la localización exacta de la sorpresa conseguimos reunirnos todos en un punto para darle la sorpresa.

Cuando Xián llegó no podía creérselo, casi se le saltaban las lágrimas de la emoción tras ver la sorpresa que le habíamos dado.

Pero el cumple sorpresa no había acabado ahí, ya que tras soplar las velas fuimos al Domino’s Pizza, donde cogimos un montón de pizzas para todos.
Desgraciadamente el local nos disponía de una zona para comer, solo para cocinar, por lo que no podíamos cenar allí dentro. Sin embargo, esto no fue un problema para nosotros, ya que simplemente buscamos un banco donde apoyar las pizzas y comimos en la calle tan contentos.

Comiendo las pizzas

No había sido el cumpleaños más convencional, pero los chicos lo disfrutaron y quedaron llenos tras la cena, por lo que no se podía pedir más. Además, la ilusión del cumpleañero hizo que el esfuerzo por celebrarlo mereciese la pena.

Posando con todas las cajas de las pizzas vacías

Con todo el alboroto se nos había hecho bastante tarde, por lo que fuimos a toda prisa a la estación de autobuses, con la suerte de que estaba más cerca de lo que esperábamos.

Aunque por momentos parecía complicado, finalmente todos pudieron volver a casa tras pasar un gran día en grupo.

Hasta el próximo post!