Hola Familias!!!
Como os prometí en la última entrada hoy toca explicar algunos horarios de nuestros chicos y la rutina de fin de semana. El viernes tras el viaje hicieron una excepción con nosotros, nos pudimos quedar durmiendo hasta un poco más tarde y en las cocinas de nuestras casas tenían todo listo para que fuéramos desayunando según nos levantábamos. Durante este desayuno se presentaron los encargados de cada una de las casas y nos proporcionaron nuestros horarios de clases.
Nos han clasificado entre “Year 8” y “Year 9”, un par de cursos por debajo del que nos corresponde en España para que podamos adaptarnos al nivel de inglés, ya no sólo en la propia asignatura, sino también en todas las materias que se imparten en un colegio de Inglaterra (algunas bastante diferentes a las nuestras). Os dejo ejemplos de horarios de ambos años.
Vamos por parejas o tríos y tenemos asignado a un tutor o tutora en cuya clase empezamos cada día por la mañana y al terminar de comer. Además en nuestra clase se nos ha asignado a un compañero con el que compartimos horario que se encargará de que lleguemos a todas partes.
A las 12:30 del viernes nos juntamos todos por primera vez para comer en el comedor del colegio. Al ser viernes, es tradición en los colegios e institutos ingleses que el menú incluya “fish & chips” así que qué suerte la nuestra que pudimos probar uno de los platos más típico en nuestro primer día. No nos vamos a engañar, las valoraciones han sido dispares, pero la mayoría coinciden en que nuestras patatas son mejores.
Para que os hagáis una idea de la variedad de menús os subo los que hemos disfrutado hasta hoy que ha comenzado la nueva semana.
Después de comer, además de adaptar nuestras tablets y ordenadores al sistema del colegio para usarlas en clases, estuvimos haciendo un tour del colegio y de Winscombe. El pueblo está a cinco minutos andando y es más bien una calle principal donde tenemos dos supermercados, una carnicería, una pastelería, una farmacia, un pub, peluquería, un par de tiendas de beneficencia y unos cuantos restaurantes de comida para llevar. Nuestros estudiantes sólo tienen permitido visitar el pueblo los fines de semana.
En el tour del colegio vimos las múltiples zonas con billares, mesas de ping-pong y futbolines que hay en todo el campus para disfrutar en nuestro tiempo libre. Creédme que les hemos sacado mucho partido todo el fin de semana.
Fin de semana por cierto, en el que nos llevaron de compras a la ciudad más próxima, Bristol. Tras comer con el resto de estudiantes internos nos cogimos un minibus y en sólo 30 minutos estábamos en el centro de una ciudad bastante grande. Allí tuvimos un par de horas de tiempo libre en un centro comercial abierto y zona de compras con un montón de tiendas que no tenemos en España.
El domingo en vez de desayuno y comida tuvimos brunch, una mezcla de ambos a las 11 de la mañana, más contundente y la única comida hasta la cena de las 17:30. Entre las opciones de brunch se incluyen huevos a la plancha, salchichas, jamón inglés o champiñones; pero como imaginareis nuestros chicos no son mucho de salado y optaron por gofres.
A las 14, la coordinadora Amandine organizó un “quiz” o concurso de preguntas que hicimos en la antigua librería del colegio y donde por grupos teníamos que contestar cuestiones relativas a números, Disney, comidas del mundo, banderas y datos del propio colegio, Sidcot. Me enorgullece decir que los equipos formados por nuestros chicos recibieron las puntuaciones más altas (4º, 2º y 1º puesto) y que el de los ganadores (sólo por dos puntos) recibió el premio de poder ir al pueblo a comprar comida para llevar de la que les reembolsarían cinco libras a cada jugador.
En general el fin de semana fue entretenido, sirvió para conocer un poco más las rutinas del internado y a nuestros compañeros, y para coger fuerzas para el comienzo de semana escolar y clases que nos esperaba hoy. Pero de eso, ya os cuento el miércoles, cuando hayan pasado los dos primeros días de clases y actividades extraescolares.
Espero que vosotros también tengáis una buena semana.
Un abrazo.
Aroa Argudin