Hola a todos a esta la que será la última entrega del blog.
El jueves comienza un poco gris, pero parece que aguanta.
Las clases transcurren con normalidad, el último jueves ya ha comenzado. Al salir tenemos tiempo apra relajarnos y cenar antes de comenzar la fiesta de despedida.
Nos reunimos en el local de la puerta verde y disponemos unas mesas y sillas para cuando queramos sentarnos y tomar algún tentempié. La música comienza a sonar, Caitlin recibió nuestras sugerencias musicales y hay gran variedad sin duda. El ambiente se empieza a animar y con algunos temas nos venimos arriba, cosa que percibimos por el entusiasmo y buen hacer en las coreografías.
Cuando la fuesta termina, ayudamos a recoger y nos despedimos Caitlin, pues era la última actividad en la que estaría con nosotros.
El viernes comienza gris, parece que la tormenta que se acercaba, se lo está tomando con calma, cosa que a nosotros nos parece fenomenal. El viento ya es notable sin duda. Atendemos a a que es nuestra última mañana de clase, en la que se han sucedido muchas despedidas e incluso una pequeña fiesta de cumpleaños, pues Mauro cumple al día siguiente y en el colegio han querido celebrarlo también.
Al salir de clase, nos dirigimos a Foyle International pues nos van a dar los diplomas conforme hemos completado el programa de integración con éxito. Y con esto disponemos de un rato para hacer alguna última compra que nos haya quedado pendiente, pues el sábado saldremos pronto hacia Donegal.
El sábado la previsión no es muy buena, pero no podemos amilanarnos por un poco de lluvia en la previsión y nos reunimos en el Guildhall a las 9:15 y una vez todos allí, nos dirigimos al bus para emprender nuestra marcha. Tan solo diez minutos de marcha y entramos en el condado de Donegal lo que quiere decir que hemos cruzado la famosa frontera invisible.
Tan solo un rato más tarde llegamos a lo alto de Grianan of Aileach, un fuerte circular de piedra que se remonta al siglo VI y que fue excavado en el siglo XIX. Desde lo alto de él dicen que se pueden ver los cuatro condados en un dia despejado. Nosotros no tuvimos tanta suerte, pero las vistas son sin duda inmejorables. Aún así, parece que la lluvia nos perdonado.
Nos subimos en el autobús y ponemos rumbo a Dunree Head, donde se encuentran los vestigios de un fuerte con el mismo nombre que fue base militar de los británicos en el pasado y que ahora se pueden todavía ver los puestos de artillería que fueron usados para defenderlo durante le Primera Guerra Mundial. Damos un paseo por las rutas de los acantilados y contemplamos las vistas de Lough Swilly. Desde alguno de los puntos de observación se pueden ver a menudo delfines, orcas, marsopas y múltiples tipos de aves marinas. En las profundidades yace el SS Laurentic, que fue abatido posiblemente por un torpedo alemán y que a causa de ello murieron cientos de marineros británicos.
Dejamos el lugar y nos dirigimos a la cascada de Glenevin. Al llegar, aprovechamos para comer algo y después nos adentramos en la ruta. El paraje es fantástico y llegamos a la cascada, donde por supuesto nos hacemos varias instantáneas. Volvemos hasta el autobús y como aún disponemos de tiempo, nos acercamos a Buncrana, una pequeña localidad en la costa oeste del condado. Ahí disfrutamos de un rato de tiempo libre antes de volver hacia Derry. Una vez de vuelta nos queda tiempo para ir a nuestras casas a cenar o tomar algo por el centro para luego ponernos a preparar la maleta, pues al día siguiente será la vuelta a casa.
El domingo nos levantamos y nos preparamos para volver a casa, nos encontramos en el párking de Sainsbury, lugar al que llegamos la primera noche, y allí nos esperaba Heather y Caitlin junto con Frank para hacer nuestra despedida un poquito más emotiva si cabe. Nos montamos en el bus y pronto comienza a llover, como si la ciudad nos estuviera despidiendo con lágrimas.
Una vez llegado al aeropuerto internacional de Belfast, tenemos que esperar unos minutos y después facturamos. A pesar de los nervios de algunos, no tenemos problemas y acto seguido pasamos al control de seguridad para después esperar un rato hasta que nos indicasen la puerta de embarque del vuelo. Todo va según lo previsto y, cuando vamos a montar en el avión contemplamos el atardecer, otra señal de que nuestro viaje estaba llegando a su fin.
Una vez llegados a Oporto y después de recoger nuestros equipajes, esperamos impacientes a nuestros compañeros de viaje, los estudiantes del grupo de Dublín y nos montamos todos juntos en el bus, dando comienzo a la última parte del viaje. Después de unos noventa minutos, alcanzamos la ciudad olívica y nos reecontramos con nuestras familias finalmente dando por terminada nuestra aventura por tierras de Irlanda.
Y con esto terminamos el blog, no sin antes dar las gracias a todos los integrantes del grupo: Adrián, Antía, Carla, Cristina, Daniela, David, Greta, Javier, Jorge, Juan, Lara, Lucas, Malena, Marta, Mauro, Noa, Ramón, Raúl, Sara, Teo, Violeta y Xoel.
¡Hasta siempre!