Mi nombre es Andrés y acompañaré a los estudiantes destinados en Cobhamlas próximas tres semanas.
Tengo 37 años y he participado como monitor en otros destinos como Exeter, Exmouth, Sligo , Stevenage , Swords o Derry. Me gusta el cine, los videojuegos y por supuesto los idiomas. También he hecho estancias en Irlanda y Bélgica.
Ya queda poco para que comience esto así que revisad vuestras maletas para no olvidar nada importante. Y lo más importante, los documentos para viajar: el permiso paterno y el pasaporte.
El martes tocó algo de deporte, y esta vez fue baloncesto. Lo que comenzó como un partido amistoso rápidamente se transformó en una competición digna de la NBA.
Se lo tomaron muy en serio: pases rápidos, tiros a canasta y, por supuesto, alguna que otra falta.
El viernes, tras la intensidad de la semana, nos tomamos un respiro para disfrutar de Kingston. Ya es casi como nuestra segunda casa, ¡creo que se lo conocen mejor que su propio barrio a estas alturas!
¡Hola de nuevo!
El sábado volvimos a Londres y decidimos exprimir el día con un recorrido por algunos de los lugares más icónicos de la ciudad. Comenzamos con una parada frente al Big Ben, el símbolo por excelencia de Londres. Aunque, como suele pasar en los viajes, no todo sale perfecto: el Big Ben estaba iluminado por detrás y a alguien (no diremos nombres) no le pareció suficiente porque lo vimos a contraluz. ¡Pero bueno, ahí está la foto de rigor!
Después de la decepción lumínica del Big Ben, seguimos con otro clásico londinense: las famosas cabinas rojas.
Nuestra siguiente parada fue el majestuoso Buckingham Palace. De allí, nos dirigimos a Piccadilly, con sus luces brillantes y ambiente vibrante. Entre el bullicio y las tiendas, el lugar ofrecía una energía contagiosa. Finalmente, cerramos el día con una visita al National History Museum. Los dinosaurios, las ballenas colgantes, ¡y qué decir de la arquitectura impresionante!
Pero lo mejor del día aún estaba por llegar. Tuvimos un invitado sorpresa: un amigo inesperado que se unió a nuestro grupo, y resultó ser todo un experto con el balón. Los chavales no tardaron en organizar una sesión improvisada de toques de balón.
Después de un sábado tan completo, podríais pensar que el lunes sería un día más tranquilo… ¡pero nada de eso! Decidimos poner a prueba nuestra puntería y estrategia en una partida de laser tag. Ahí la cosa se puso seria. Algunos demostraron tener un talento natural para la táctica, mientras que otros (yo incluida, tristemente) quedamos más bajos en el marcador de lo esperado. Me sigue pareciendo fatal. Pero bueno, lo importante es que las risas no faltaron, y al final todos salimos como verdaderos guerreros… aunque los resultados aún sean motivo de “acalorados debates”.
Para añadirle más adrenalina al día, cuando terminamos la partida nos dimos cuenta de que ¡el bus estaba a punto de irse! Así que todos, con los nervios aún a flor de piel por el laser tag, salimos corriendo a toda leche para no perderlo. Solo hay que ver estas caras de velocidad:
El viernes parecía que habían recargado baterías después del instituto y aún les quedaba energía de sobra. Tanto, que organizaron una carrera improvisada. No sabemos si fue el aire fresco o la emoción del fin de semana, pero de repente todos estaban corriendo como si no hubiera un mañana.
Y por si pensabais que la carrera los iba a dejar exhaustos, ¡nada de eso! Después estaban tan llenos de energía que nos fuimos a una sesión creativa para pintar tote bags.
El sábado fue un día más cultural. Fuimos al Museo Marítimo de Greenwich, donde algunos se sintieron como auténticos piratas (sin robar nada, ¡lo prometo!). El museo fue un viaje al pasado lleno de barcos, mapas y aventuras en alta mar.
Aunque, claro, siempre hay excepciones… alguna que otra sintió más inspiración artística que interés por el océano.
“Sin título” – Valeria Casale, 2024
Después, cruzamos a Camden, donde el ambiente vibrante y los mercadillos parecían el lugar perfecto para cerrar el día. Entre la comida callejera, la música y las tiendas eclécticas, ¡había algo para todos!
Eso sí, de vuelta a casa el cansancio finalmente hizo efecto. Después de toda la exploración y la emoción del día, los más valientes estaban ya buscando el sofá más cercano (¡y los adultos no se quedaron atrás!).
Ahora, con las pilas casi agotadas, estamos listos para descansar y recargar energías, que mañana nos espera más y mejor (de nuevo) en Londres.
Empezamos el fin de semana con las excursiones de día completo. En este caso es Londres, una de las más esperadas por todos.
Nuestro itinerario incluyó una visita express al London Eye, Shakespeare Globe, The Garden at 120 y un último vistazo a Kings Cross (y muchas quejas sobre no haber ido al Tower Bridge).
Sin duda, fue un trote.
El domingo decidimos darles un mayor descanso, de forma que únicamente tuvimos una Scavengers Hunt que resultó en algunas originales fotos.
El lunes comenzamos por fin la parte más divertida de esta experiencia: el instituto. Todos estaban nerviosos (algunos más que otros, que antes de siquiera pisar una clase ya estaban duplicando por irse).
Sin embargo, todo fue bien y todos los buddies fueron majísimos, por lo que pudimos ir relajados a echar unas partidas al minigolf.
¡Hola de nuevo! Ya estamos terminando los días de clases de esta primera semana. Para despejarnos un poco de ellos, hemos ido a jugar unos juegos de mesa que varían desde el Twister hasta el Adivina Quién Soy
Al día siguiente, tras presentar en clase un país inventado por cada uno de ellos…
… ponemos rumbo a ser ministros por un día y afianzar las relaciones entre Vigo y Richmond con una visita al alcalde, el cual, para nuestro disgusto, resultó estar de vacaciones. Así que cambiamos de plan y nos fuimos a un parque lleno de ciervos.
Y esto es todo por el momento. Mañana otro día será, en el que por fin podremos hacer algo de turismo por Londres.
¡Hola a todos! Bienvenidos a la primera entrada del intrépido viaje de vuestros hijos por Cobham.
Empezamos el lunes en el aeropuerto, donde tuvimos la suerte de recibir la visita del alcalde más desapercibido del país.
Posteriormente, con un retraso de media hora, cogimos el vuelo que nos llevaría directamente a Londres y a nuestras casas.
Ya descansados, empezamos el martes peleándonos un poco con los buses pero llegando sanos y salvos a las clases en la Kingston University.
Después tuvimos nuestras primeras pinceladas de Londres que se resumieron en ver estaciones de metro y de tren. Que, oye, no sonará especialmente interesante pero eran estaciones londinenses y después de ver lo mucho que se emocionaron las chavalas viendo los buses rojo, seguro que algo de entusiasmo sintieron.
El miércoles proseguimos con las clases que nos preparan intensivamente para afrontar el instituto la semana que viene.
La actividad del día en este caso fue una visita a un templo budista, donde unos monjes muy simpáticos nos explicaron la historia de Buddha.
Y con esto damos por finalizados los primeros días por Kingston, dando paso al resto de la semana donde seguro que nos lo pasaremos igual de bien, o incluso mejor.