¡Hola hola, familia! ¿Cómo están yendo vuestros primeros días de libertad? ¡Espero que estés aprovechando, porque esto se va a pasar muy rápido! Vamos, que no me creo que estemos ya a punto de acabar el miércoles. WHAT? Estoy segura de que también se os estará haciendo duro a ratos. Una vez más… aprovechad, que nos quedan poco más de dos semanas ajjajajajajajajjajaja
Hoy os escribo en una cafetería con Gabriela, mi otra compi monitora. Estamos pasando gran parte del tiempo con el grupo que iba Portalbot, tanto en la Academia como en las actividades, estamos compartiendo tiempo y lo estamos pasando muy bien. Nos estamos riendo muchísimo <3 Ser un grupo más numeroso de lo esperado tiene ventajas y desventajas – como todo en la vida. Empezaré con las desventajas, que no le van a sorprender a nadie: es más complicado controlar a 40 adolescentes que a 20. A pesar de ello, tengo que decir que estoy super orgullosa de mi compañera y de mí misma con lo bien que lo estamos haciendo. También, por supuesto, a nivel general tenemos dos grupos de chavales que NO NOS LO CREEMOS xD Qué guay, joder, qué suerte. Con sus despistes y sus cagadas, ¿eh? Que nadie es perfecto, y nosotras tampoco lo esperamos.
Estamos intentando mostrarnos un poco más estrictas ahora al principio (me descojono, ¡con lo que me cuesta a mí hacer eso!) porque, si no, nos toman por el pito del sereno. Así que hoy les estamos dando algo menos de tiempo libre que ayer. Se lo tienen que ganar.
Estoy intentando que empiecen a escuchar. Eso es complicado. Ni si quiera las personas adultas nos escuchamos entre nosotras normalmente, ¿qué le vamos a pedir a chavales de 15 años? Para mí todo el cambio interno, todo lo que te hace crecer como persona, empieza con la escucha activa, hacia otras personas y hacia ti mismx. También estamos empezando a hablar de la responsabilidad. Estamos demasiado acostumbrados a echar balones fuera, y la vida no debería ser así, eso solo nos produce sufrimiento. En cada situación que vivimos, tenemos todxs una responsabilidad sobre lo que sucede. Esperemos que día a día todxs vayan siendo responsables de las pequeñas (GRANDES) cosas que pueden cambiar: comunicarse mejor, tener más empatía con las personas que les rodean, ser algo más independientes, etc.
Estoy muy orgullosa de todxs ellxs, ya solo por estar aquí. “Solo”, ¿sabes? Como si cualquiera pudiera meterse en un avión con 15 años y fuera capaz de irse a otro país. También con la parte de privilegio – ojalá algún día puedan entender lo valientes que son por estar aquí, y también la suerte que tienen de hacerlo. Eso te lo da la experiencia, supongo. Ya (a día número tres) está empezando a ver comentarios de apreciación sobre otras cosas que tal vez no valoran cuando están en casa. Conforme os escribo esto tengo a dos mini seres de luz sentadxs en la mesa de al lado hablando de cómo echan de menos la comida de sus madres y cómo deberían apreciar “hasta las lentejas” jajajajajajajajajaj Me meo con la vida, todo pasa perfecto, tenemos que echar de menos y sufrir un poco para aprender a apreciar lo que sí tenemos. Y yo, agradecida por tenerles a ellxs diciendo estas cosas, siendo mi recordatorio personal de que yo también soy una privilegiada por estar aquí.
Las clases de inglés por las mañanas están yendo muy bien, les han dividido en tres grupos y cada uno está haciendo distintas actividades. Uno de ellos ha ido a una galería de arte hoy, los dos restantes irán mañana. A algunxs les gusta, a otrxs no. Como siempre, aprovechar lo que nos ofrecen depende de nosotrxs mismxs. Eso les he dicho mientras hacíamos la actividad de esta tarde, en el Centro Egipcio de Swansea, y había personas interesadas y personas que pasaban completamente. Una vez más, es normal, están en la edad de hacer eso, es complicado transitar la adolescencia (yo no volvería ni aunque me pagaran millones… ¿y vosotrxs? Meditad bien vuestra respuesta y acordaos de la ansiedad social, del qué dirán, del querer ser únicx y encontrar tu lugar a la vez que no destacar entre el grupo… pf, ¡horrible!). A pesar de ello, es su responsabilidad ocuparse de darle la vuelta a lo que no les gusta. Y esto aplica a nosotrxs como personas adultas, que tenemos la responsabilidad de explicarles todo esto que os cuento ahora con paciencia y desde el amor, precisamente porque somos lxs adultxs. Sin enfadarnos, sin gritarles y con mucha (mucha) paciencia (especialmente en este caso, que son adolescentes). Estoy super orgullosa de Gabriela y de mí por lidiar con un grupo de 40 chavales como lo estamos haciendo. ¡Olé nosotras y olé vuestrxs mini seres de luz!
Lo hablaba con Gabriela al final del día, andando de vuelta a casa. Tenemos mucha suerte, o así lo sentimos las dos. Cerramos el día con la sensación de que las charlas que hemos tenido con todxs ellxs durante el día han tenido su efecto. Veremos cómo avanza todo en las siguientes semanas. Pero ya os digo que felices y contentas de sentir que podemos darles la libertad que necesitan y que ellxs responden de manera responsable.
Voy a cerrar este blog agradeciéndoos a vosotrxs que les deis esa libertad. No debe ser fácil despegarte de tu hijo o hija, especialmente si es la primera vez. Gracias por dejarles salir del nido paso a paso e ir teniendo experiencias que les harán ser una mejor versión de sí mismxs. Y gracias por dejarnos compartir con ellxs esta experiencia, estoy segura de que no la vamos a olvidar.
¿Qué aprendizajes más nos llevaremos por el camino? Os lo iré contando en los siguientes blogs.
¡Os mando mucho amor desde Swansea!