Ayer fue un día muy largo y lleno de emociones que no estoy segura puedan ser descritas en palabras.
Nos levantamos muy temprano o más bien no nos acostamos, pues debíamos coger el autobús a las 2 am dirección Londres, nuestros estudiantes llegaron con los ojos hinchados de despedidas.
En este primer viaje fuimos todos y todas muy callados, intentando dormir y descansar un poco.
Llegamos a Londres y nos encontramos con otros tres grupos de Vigo en inglés, un mínimo de 100 chicos y chicas de Vigo, una increíble marea roja que hizo que el aeropuerto de Londres nos dedicase una atención especial, teniendo una zona de embarque y control de maletas para nosotros solos.
Llegamos a Barajas y nos tocaba esperar unas 5 horitas que nuestros chicos y chicas aprovecharon para comer algo, visitar Victoria Secret y la tienda oficial del Real Madrid entre risas y charloteos.
Después de estas cinco horas, un autobús nos llevaba al avión destino Vigo que tanto estábamos esperando, se escuchaban gritos de “Craaaanbrook” y recordábamos la mejores aventuras.
Ya estábamos, después de un largo día, en la recta final del viaje.
Al llegar a Vigo, esperamos las maletas y salimos por la puerta todos juntos, allí esperaban más de 200 personas, familiares de todos estos estudiantes, con pancartas, aplaudiendo y muchos llorando, fue muy emocionante e impactante, no sabíamos hacia donde caminar ni dónde se encontraban los nuestros.
Allí estaban, los papás y mamás de estos maravillosos adolescentes que me recibieron con un ramo de flores y unos bombones… ¡No me lo podía creer! Casi me hacen llorar, no pensé que fuese a ser tan duro despedirse.
Solo puedo daros las gracias a todos y a todas, a los que son ya mis niños y niñas, porque han sido como mis hijos estas tres semanas, y a sus padres y madres, por facilitarme el trabajo y por valorar mis buenas intenciones.
Somos y seremos “Cranbrook” para siempre, y solo puedo decir de corazón que os quiero mucho y que sois maravillosos.