Parece que hoy vamos a tener un día soleado. Con las sudaderas puestas, nos juntamos todos en la estación. Nuestro activity leader nos espera para coger el tren. Hoy también nos acompañará Irene, otra chica española que también está estudiando en Totnes y comparte escuela con los chicos.
Cogemos el tren y en más o menos media hora llegaremos a Exeter y empezaremos a explorarlo.
Nos bajamos del tren para dirigirnos directamente al Royal Albert Museum. Vamos con buen ritmo pues hay ganas de aprovechar el tiempo libre prometido después de la visita. En el Royal Albert podemos ver colecciones de zoología, antropología, bellas artes, arqueología local y extranjera y geología. También hay una zona dedicada específicamente a la historia de Exeter. Desde fuera parece pequeño y aunque no es muy grande, es más de lo que parecía. Tenemos una hora para explorarlo. Parece que la zona de historia asíatica es la que más nos ha llamado la atención.
A continuación nos vamos a la catedral. La Catedral de Exeter es una iglesia anglicana, sede del obispado de Exeter. Es una catedral construida entre el 1112 y el 1400, de estilo gótico y posee el techo abovedado ininterrumpido más largo de toda Inglaterra.
Es hora (inglesa) de comer y los chicos tienen ganas de explorar por su cuenta. Por lo que, tiempo libre el resto de la tarde para callejear, comprar y lo que quieran.
Son las cuatro y cuarto y nos reunimos para ir a la estación. Compas hechas, es hora de volver a casa.
El tiempo ha aguantado lo sufienciente para hacer nuestra visita. Al llegar empieza a llover y mientras algunos hacen quedada en casa para el resto de lo que queda del día, otros optan por irse al centro y quizá hechar unos billares.
Mañana toca día familiar para descansar y volver con ganas otra vez el lunes.
Ya estamos a viernes y la semana ha pasado volando! Parece que poco a poco los chicos van conociendo gente en el colegio y todos se van mezclando más.
La semana que viene tendrán horarios nuevos, así que habrá más oportunidades de juntarse con otros estudiantes distintos y así sumarlos a los que ya conocen y con los que ya se pasa el rato durante el break y el lunch.
Todo apuntaba a que hoy iba a hacer mal día, así que se decidió hacer una tarde de cine. Tras mucho debate sobre qué ver, finalmente la película escogida fue Kingsman: The Secrect Service. Una comedia de acción y espionaje y, lo que es más importante, inglesa. Así que con ayuda de subtítulos toca entrenar el oído escuchando acento inglés en lugar del americano al que estamos más acostumbrados en las películas.
No nos dió tiempo a acabarla, pero queda pendiente el final para otro día de mal tiempo. Al salir, el tiempo estaba algo irregular, así que entre lluvias y claros, los chicos se quedaron un rato más por el centro antes de volver a casa.
Toca descansar y prepararnos para la excusión de mañana a Exeter.
Nuevo día de clase. Por la mañana parece que hoy nos podremos librar de la lluvia y la confirmación de que así es la tenemos por la tarde con el cielo despejado dejando que nos dé un poco el sol.
Además de las asignaturas de siempre, hoy descubrimos una algo distinta: council. Aquí los chicos tienen tiempo para reflexionar, relajarse y hacerse preguntas. También han tenido IT, donde se han compuesto hasta canciones.
Además hoy también ha sido el día de ponerle un poca más de ganas y tratar de conocer más a la gente del colegio. En la pausa para comer tenemos el resto del shortbread que se había quedado ayer en el horno haciéndose. Hace bueno, así que todo los chicos bajan al patio con la idea de intentar relacionarse con el resto de los compañeros y quizás repartir algo de shortbread ayude.
Al salir, Jacob nos espera en Totnes Castle. Es el punto más alto de todo el pueblo y desde ahí tenemos unas vistas increibles del pueblo y los alrededores.
Otro día de clase por la mañana. Spanish, English, Activities, Maths, Geography, Biology, etc…Parece que aún sigue costando mezclarse con el resto del colegio, pero poco a poco lo irán consiguinedo.
Hoy al salir toca aprender a hacer dos de los dulces más tradicionales: shortbread y scones.
En la escuela de inglés nos espera Jacob junto con otros estudiantes: una chica tailandesa, otra española y dos chicos alemanes. Nos juntamos con ellos y nos dirigimos a la cocina. Allí Rosalind tiene todo preparado: harina, azúcar, mantequilla, etc.
Nos separamos en 4 grupos. Dos se encargarán de los scones y los otros dos del shortbread. Siguiendo la receta vamos preparando las masas de ambos dulces y una vez listas, los scones son los primeros en ir al horno.
Mientras esperamos nos tomamos una taza de té.
Ya están listos los scones, pero debemos comerlos de la forma correcta. Hay dos maneras que levantan grandes discusiones entre Cornwall y Devon. ¿Qué se debe untar primero? ¿La crema o la mermelada? Vamos a probar las dos maneras y decidir. Abrimos el scone y preparanos cada mitad de un estilo distinto y los probamos. Parece que la mayoía nos decantamos por la mermelada primero y encima la crema. El estilo de Cornwall gana.
Mientras disfrutamos de los scones, el shortbread está en el horno. Pero solo una bandeja de las tres que hemos hecho. Hay sufiente para que lo probemos todos y el resto quedó en el horno y mañana nos lo repartirán.
Al parecer las chicas ya habían probado otra versión del shortbread con caramelo y chocolate. Jacob nos cuenta que ese se llama millionare shortbread. Parece que mañana unas cuantas ya van a ir en su caza al super otra vez.
La clase termina y nos marchamos llenos para casa. ¡Mañana más!
Nos levantamos y se nos presenta una mañana nublada tras una noche de tormenta, pero a la hora de salir hacia el colegio parece que al menos no va a llover. A medida que avanza la mañana está todo más despejado, aunque sabemos que aquí no nos podemos fiar del buen tiempo. Por ese motivo aún no sabemos qué haremos por la tarde. Si el tiempo aguanta, tenemos planeado un paseo por el río Dart. Pero como también cabe la posibilidad de que empeore. Es posible que tengamos que sustituirlo por una tarde de cine y dejar el río para otro momento.
Por la mañana aún cuesta un poco encontrar las aulas. Ya conocen donde se desarrollan la mayoría de las clases, pero todavía hace falta preguntar. El colegio es muy pequeño así que en un par de días como mucho ya estará todo claro.
Cuesta acostumbrarse a los horarios de comida y aunque no haya problema con el lunch, los dinners aún son demasiado temprano. Y aunque las cenas están ricas, pasarnos por el súper ayer antes del tea and biscuits para coger algún que otro treat, ha hecho que alguno montara despensa para la recena de las diez.
Son las tres de la tarde y parece que el sol se quiere asomar un poco. Además, solo dan lluvia fina hacia el final de la actividad. ¡Nos vamos al río!
El río Dart nace an Dartmoor y desemboca en Dartmouth. Caminando por el paseo Jacob nos cuenta que hay una foca en el río a la que la gente de Totnes llama Sami. Por desgracia no tenemos suerte hoy y no la podemos ver.
La lluvia nos alcanza pero al principio es lo prometido, no es mucha y se puede pasear. El camino de vuelta lo hacemos por un camino que se encuentra metido entre los árboles. Está un poco embarrado debido a la lluvia y saltar los charcos se convierte en una prueba de obstáculos. En un intento de esquivar uno de ellos, Elena resbala y acaba haciendo casi el espagat. El problema viene cuando quieres volver a tu posición normal y no caerte en el charco cuando te está dando un gran ataque de risa. Eso sí, todo esto sin soltar el paraguas y en una posición perfecta para evitar mojarse.
Ahora la lluvia ya es fuerte, así que David, Gabriel y Juan deciden retirarse y dar el día por acabo. Mientras, el resto se queda en el centro para tomar un chocolate.
Tras el largo viaje del sábado hacía falta descansar. Los chicos han pasado un domingo tranquilo conociendo a las familias, relajándose en casa y paseando por el pueblo. Como muchos son vecinos, también han tenido la oportunidad de pasar la tarde juntos.
Los nervios de conocer a las familias ya han pasado, pero las novedades no han terminado, por lo que enseguida vuelven otras preocupaciones: ¡hoy es el primer día de clase!
A las 9:10 empiezan las clases. Todos nos reunimos en la entrada del colegio. Algunos llegan solos, otros acompañados. El pueblo es pequeño y es prácticamente imposible perderse, aunque alguno, debido a los nervios del primer día, da un rodeo bastante largo, pero por suerte había salido con tiempo de sobra.
Jacob nos espera, será nuestro activity leader y nos acompañará en todas las actividades de la tarde y en las excursiones de los sábados. Sólo ha venido para presentarse. Por la tarde pasaremos más tiempo con él.
Una vez en el colegio, Kat en recepción nos indica que nos dirijamos al patio.
Ross, el head teacher, junto con su perra Kiko, reune allí a todo el mundo para una charla informal a primera hora de la mañana. Así será todos los lunes, miércoles y jueves. Además es la primera toma de contacto con el resto de estudiantes, pues Ross les ha pedido a los alumnos que se acerquen a gente que conocen menos y se saluden.
Una vez finalizada la charla, toca empezar las clases. Marina, la profesora de español, nos explica cómo va a funcionar todo y reparte los horarios. Todos van a ir rotando por todas las clases y van a tener la oportunidad de ver cómo se enseñan aquí las distintas asignaturas.
Toca repartirse entre las aulas y separarse del grupo. Es hora de empezar a mezclarse con los estudiantes ingleses. Además, Jacob a primera hora nos ha presentado a una chica española que lleva estudiando aquí dos semanas y que ayudará a los chicos a conocer gente en el colegio.
Salimos de clase y está lloviendo a cántaros. Teníamos planeado un tour por Totnes para situarnos un poco pero no va poder ser. Así que tenemos que cambiar de actividad y adelantamos nuestro tea and biscuits. Jacob nos lleva hasta la escuela de inglés donde realizaremos muchas de las actividades in doors que se llevarán a cabo durante los días de mucha lluvia. Tras un tour por la escuela, nos ofrece some tea and biscuits. La escuela está situada en el histórico Gate House Building y mientras disfrutamos de nuestro té, Jacob nos cuenta la historia del edicificio y nos muestra desde las ventanas del reloj lugares de interés que podrán explorar por las tardes una vez salgan de las actividades.
Ha sido una jornada para conocer cómo será nuestro día a día aquí durante las próximas semanas. ¡Mañana más!
Con sueño y ganas casi a partes iguales, nos reunimos monitores y estudiantes a las 5 am en Peinador para coger un vuelo a Madrid. Cuatro grupos de estudiantes seremos compañeros de viaje durante gran parte parte del trayecto.
Una vez en Madrid nos apresuramos para coger nuestro vuelo a Londres. Antes de lo que pensamos ya estamos en Heathrow. Allí toca despedirse del resto de los grupos. Nosotros seguiremos nuestro camino por nuestra cuenta.
Ya estamos en Londres. Rosalind nos espera para coger el bus. La última etapa y la que se nos hace más larga. Inglaterra nos ha recibido con buen tiempo y en seguida lo empezamos a lamentar. Hace mucho calor y sabemos que el viaje va a ser largo. ¡Nunca hemos tenido tantas ganas de bajarnos de un autobús!
Durante esta primera etapa surgen las dudas y las intrigas sobre las familias que nos tocarán. ¿Cómo serán las nuestras? ¿Nos entederemos bien con ellas? Ya queda menos para saberlo.
Hacemos un descanso en un area de servicio para poder respirar un poco y comer y beber algo. Tras la pausa, volvemos al autobús. El sol está bajando y empieza a hacer más fresco, lo que hace el trayecto más gradable.
¡Por fin estamos en Totnes! Nos presentan a nuestras familias y cada uno nos marchamos con la nuestra. Estamos muy cansados y ¡necesitamos una ducha tras el largo día que hemos tenido!
Mañana toca día tranquilo con las familias. El lunes nos pondremos al día de cómo ha ido todo.
Tras la fiesta de ayer, esta mañana los sentimientos son más bien agridulces. Están contentos por las amistades que se llevan, pero tristes porque todo se acaba. Estas tres semanas han volado y parece mentira que estemos a apenas un par de horas de coger el autobús al aeropuerto.
En el colegio, ya desde primera hora comienzan las despedidas. Intercambios de último momento de Instagrams, Snaptchats, etc. En la mesa del lunch están más mezclados que de costumbre. Pero es a la salida donde realmente se ve cuánto van a echar de menos al colegio y sus compañeros también a ellos. A algunos les ha pillado un poco desprevenidos y no esperaban que les afectara tanto.
Entre abrazos, risas y lloros casi perdemos el bus. Ya nos hemos despedido y nos queda nuestra última tarde en Saint Austell. Parte de ella la pasamos dando un último paseo y despidiéndonos del pueblo y parte echando unos partidos de Badminton.
Tenemos que ir a cenar y coger fuerzas para el largo viaje que nos espera de vuelta. Maletas hechas y a la estación. Vigo nos espera y se llevan una experiencia que seguro que nunca olvidarán.
Por mucho que no queramos que se acabe, nuestra estancia aquí está a punto de terminar. Las chicas me piden casi a diario que investigue maneras de cómo poder quedarse y ya me han dado órdenes de dejarlas atrás si no las veo en el aeropuerto. Hay hasta plan de fuga.
Aunque no sea el último día, se siente cómo tal, ya que hoy toca ver cuánto ha mejorado su inglés: tenemos test de nivel. Además, celebramos la fiesta de despedida un día antes de lo planeado para no estar tan cansados cuando empecemos el viaje de vuelta.
Acaban las clases, pero esta vez no nos marchamos del colegio. Hay que cambiarse para la fiesta y después todos firmamos nuestra bandera para regalársela a Mike.
Hay que buscar algo que hacer hasta que empiece, así que mientras algunas montan sesión de peluquería, otros optan por echar un partido y también tenemos nuestro rincón de arte.
Aun no son las 5pm, pero ya nos avisan de que está todo preparado. Subimos al aula de drama desde donde ya oímos sonar la música. Poco a poco va llegando todo el mundo. No están sólo los buddies, mucha más gente ha venido a despedirnos. Algo más tímidos los ingleses, les cuesta arrancar a bailar. Pero los chicos en seguida contagian al resto del grupo. Lo que empieza como grupo de españoles por un lado, grupo de ingleses por el otro, acaba convirtiéndose en uno solo en el que todos bailan y cantan.
Son dos horas en las que bailan el Despacito, YMCA, Gangnam Style, Reggaetón Lento, la Macarena, Sweet Caroline, Uptown Funk…. de todo. Y una tarde en la que acaban más unidos a sus compañeros ingleses de lo que lo habían estado nunca. Parece que hasta hay alguna lágrima de despedida.
La hemos hecho buena. Ahora si que no se quieren ir.
Hoy de camino al colegio notamos algo extraño. Algún peinado más raro que otro en los estudiantes que iban también al Brannel School. Al llegar al colegio nos recibe el director con una peluca blanca y barba de purpurina a dos colores. Al parecer es el Mental Health Awareness Day y para crear conciencia de una forma divertida, todo el mundo lleva something crazy on their heads.
Nos ha pillado por sorpresa y no venimos ataviados para la ocasión, pero para lo que sí estamos preparados es para el partido de cricket que vamos a echar por la tarde.
Solo vamos a tener una hora para jugar, así que en cuanto el bus nos deja en St Austell, salimos sin perder más tiempo hacia el pabellón. Allí nos esperan, pero antes de nada debemos conocer las normas:
Juegan dos equipos de once jugadores cada uno. El objetivo del juego es conseguir carreras. Para ello se sitúan dos bateadores del mismo equipo en extremos opuestos de la cancha de cricket (pitch). Uno en el striker-end, donde defenderá el wicket, y otro en el non-striker-end, junto con el lanzador del equipo contrario. El lanzador tirará y tratará de darle al wicket, mientras el objetivo del bateador que lo defiende es el de golpear la pelota lo más lejos posible y evitar que le dé al wicket. Una vez el bateador golpea la pelota, en el tiempo en el que esta no es devuelta a ninguno de los extremos del pitch, los bateadores corren de un extremo a otro. Cada vez que ambos bateadores llegan al extremo contrario, se cuenta una carrera. La pelota tratará de ser recuperada por los fielders del equipo que lanza y devuelta lo antes posible a uno de los extremos para que los bateadores dejen de puntuar carreras. Si los filders cogen la pelota antes de que toque el suelo, el bateador será eliminado. También será eliminado si falla al defender y la pelota derriba el wicket.
Empezamos con un poco de calentamiento. Se dividen en dos equipos y tienen que marcar en la portería contraria pasando la bola de mano en mano. Primero casi rodando, a continuación, por el aire y finalmente todo vale.
Ahora toca ver cómo estamos de reflejos. Así que se ponen por parejas con un cono en medio. El entrenador va dando órdenes de las posiciones que tienen que poner, hasta que grita “¡cono!” y cada miembro de cada pareja trata de coger el suyo.
Antes de meternos totalmente en materia habrá que ver como se nos da con el bate. Así que se ponen a practicar unos cuantos tiros.
Como el campo es pequeño, vamos a jugar a una versión más de entrenamiento para cogerle el tranquillo. Se dividen en tres equipos. Uno será de bateadores y los otros dos de fielders (medio campo para cada uno). Hay que batear y hacer todas las carreras posibles. Si mandamos la pelota contra la pared opuesta del pabellón, serán automáticamente 10 puntos. Si los fielders cogen la pelota antes de que toque el suelo, 5 puntos para su equipo. Y claro está, si los fielders consiguen llevar la pelota al wicket antes de que llegue el bateador, no hay carrera.
Enseguida están consiguiendo los puntos de 10 en 10 al batear contra la pared del final de pabellón. O cogiendo pelotas difíciles que les dan 5 puntos a los fielders. Echan dos “partidos” y uno de ellos se llega a ganar con más de 110 puntos.
La hora se pasa volando, pero ya tenemos que marcharnos. Para el poco tiempo que han podido jugar, no se les ha dado nada mal.
Nos bajamos del tren para dirigirnos directamente al Royal Albert Museum. Vamos con buen ritmo pues hay ganas de aprovechar el tiempo libre prometido después de la visita. En el Royal Albert podemos ver colecciones de zoología, antropología, bellas artes, arqueología local y extranjera y geología. También hay una zona dedicada específicamente a la historia de Exeter. Desde fuera parece pequeño y aunque no es muy grande, es más de lo que parecía. Tenemos una hora para explorarlo. Parece que la zona de historia asíatica es la que más nos ha llamado la atención.
El tiempo ha aguantado lo sufienciente para hacer nuestra visita. Al llegar empieza a llover y mientras algunos hacen quedada en casa para el resto de lo que queda del día, otros optan por irse al centro y quizá hechar unos billares.
