Y llegó el final…
Buenos días, familias!! En unas horas os veremos a todos en la estación de autobuses de Vigo, donde comenzó esta aventura, esperamos que con todas nuestras maletas y con pocas (aunque espero que alguna) horas de sueño.
La última semana por fin llegó el frío y el mal tiempo a Winscombe (Bienvenido otoño!) y por culpa de este tiempo no pudimos hacer tiro con arco que era la actividad que nos tocaba el lunes, ni ir de caminata por la montaña con el director del colegio. Lo que si pudimos es contribuir a la revista del cole, que estuvo cerrada durante años y han vuelto a rescatar este. La carta de agradecimiento que escribimos a Sidcot y una foto nuestra como grupo, formará parte ya para siempre de la vigésima quinta edición de la revista e historia del internado.
El miércoles, nuestro último día, comenzó con un desayuno al que la mayoría de nuestros chicos decidieron ir en pijama.
A las cuatro, después de terminar la que sería la última jornada de clases en el internado, nos reunieron a todos en la “Old library”, sala que ya ocupamos por primera vez al llegar al colegio, donde se celebró una ceremonia de despedida para nuestros chicos. Os dejo las imágenes.
Después de la ceremonia continuaron con su horario de actividades extraescolares hasta la cena (la última) y a terminar (o empezar en algunos casos..) de hacer la maleta. A las 21:30 ya teníamos que tener todo listo, recogido, habernos despedido de nuestras boardings y reunirnos en el edificio de arte con todas nuestras pertenencias. El internado había preparado una noche de cine como despedida, con palomitas, bebidas y snacks que nos entretuvieran hasta las 12 que nos viniese a buscar nuestro transporte.
Y tras unas horas de minibus, con mucho sueño y tristes por que se acababa la experiencia, llegamos al aeropuerto de Stansted donde a las 8 de la mañana despegariamos rumbo a Oporto.
Y hasta aquí nuestra andadura, nuestra experiencia del programa de Vigo en Inglés. Ha sido un placer informaros del día a día de los chicos y poder acompañarlos en esta vivencia.
Un gran abrazo.
Aroa Argudin.