Un día más, hemos ido andando hasta el colegio desde la estación de autobuses. Un recorrido que, después de una semana, ya nos es familiar y hacemos como de memoria.
Hoy hemos seguido acostumbrándonos a la rutina y las dinámicas de este nuestro colegio durante estas semanas. Es muy distinta a la de nuestros institutos en Vigo. Aquí hacemos los deberes en horas que ellos llaman “self-schedule” y cada alumno tiene que saber gestionar ese tiempo, cosa que nos cuesta un poco, pero ya le vamos “cogiendo el tranquillo”, como se suele decir.
También tenemos asignaturas muy distintas a las que estamos acostumbrados. Algunas actividades nos sorprenden: buscar y gravar relieves en papel continuo, buscar insectos para después investigar sobre ellos, etc.
Además, al salir del colegio hemos tiempo libre; perfecto después de un día de clase. De momento no ha llovido mucho al salir, así que hemos podido seguir explorando esta ciudad que está llena de toda clase de tiendas.