¿Os podéis creer el tiempazo que estamos teniendo en Irlanda? Porque a los irlandeses les está costando un poco creérselo… Sobre todo teniendo en cuenta que nos llovió cuando llegamos. Por suerte, pudimos disfrutar de un sábado soleado, que es muy importante porque es el día de excursión.
Los chicos no paraban de preguntar cuándo iban a poder ir de compras, así que esta excursión a Cork cumplió bastante con sus expectativas.
El viaje desde Mallow lo hicimos con el grupo de Kanturk, algo que estuvo más que bien, porque nos gustan mucho los reencuentros, así que cuando nos bajamos del autobús en Cobh nos encontramos con que éramos un grupo bastante “xeitoso”.
Allí nos enseñaron que el pueblo es famoso porque fue el último puerto en el que atracó el Titanic. Después, subimos a visitar la catedral de Cobh, desde donde pudimos apreciar las vistas.
La segunda visita fue al Fota Wildlife Park, donde monitores y estudiantes nos lo pasamos genial. La gran sorpresa del día fue que nos juntamos también con el grupo de Thurles, de lo que nos enteramos cuando nos fuimos encontrando por sorpresa dentro del parque.
Después de comer, tocó despedirse de los compañeros de Thurles para irnos de compras al centro de Cork. La verdad es que es una ciudad que tiene todo muy a mano, y el centro tiene toda la zona comercial bastante condensada, así que nos dio tiempo a recorrerlo todo en un par de horas.
Como ya sabéis, aquí se cena a la hora en la que nosotros estaríamos merendando en España, así que a las 6 ya estábamos de vuelta para poder cenar, y la verdad es que parece que nos estamos adaptando muy rápidamente a las costumbres irlandesas, porque ya había bastante hambre por nuestra parte…
El domingo toca descansar y relajarse con las familias para poder integrarse del todo que, al fin y al cabo, es lo que todos queremos.
Nos vemos familias!
