SWORDS – fin de semana y vuelta a Dublín

Aquí estamos una vez más para narrar nuestras aventuras por Irlanda.

El sábado hemos descansado un poco y hemos aprovechado para quedar con los amigos y pasar un día tranquilo explorando algunos rincones de la ciudad como el Rivervalley Park. No hay nada como un día para solazarse y coger energías.

En el puerto de Howth.

El domingo hemos madrugado un poco porque tocaba una excursión que merecía la pena: visitar el puerto de Howth y hacer una ruta por los acantilados.

En el faro del puerto de Howth.

Cogimos el bus 102 como hicimos el viernes, pero esta vez viajaremos hasta la última parada en Sutton station. Una vez allí cogimos el tren hacia Howth. Después de un breve viaje en tren llegamos a nuestro destino. El día parece que no va a acompañar mucho, pero no nos desanimamos y nos dirigimos al muelle para contemplar las vistas y acercarnos al faro. También podemos observar El Ojo de  Irlanda, una pequeña isla deshabitada que está situada al frente del muelle. Después de tomar unas cuantas instantáneas la lluvia nos da un respiro y nos animamos a subir hacia Balscadden House, la casa donde vivió el famoso poeta William Butler Yeats entre los años 1880 y 1883.

Delante de Balscadden House.

Continuamos subiendo y como el tiempo acompaña un poco más nos atrevemos a hacer parte de la ruta de los acantilados, que nos ofrece unas vistas increíbles de la naturaleza que nos rodea. Como ya estamos un poco cansados, paramos a mitad de la ruta y cogemos un autobús cerca de la cima que va hacia el puerto.

Samuel posando con el faro del acantilado al fondo.

Aprovechamos para reponer fuerzas y alguno prueba uno de los más famosos platos de la gastronomía de las islas: fish & chips. Por último nos acercamos al mercado de Howth para echar un vistazo y quizás hacernos con un recuerdo.

Sin más dilación, nos dirigimos de vuelta a la estación de tren para hacer el camino de vuelta hasta Swords y así dar por concluido nuestro día.

El lunes nos recibió con mucho sol y, aprovechando que hoy cerraba la escuela, decidimos que era un día perfecto para poder visitar una vez más Dublín. Así que cogimos el bus temprano y nos fuimos hasta el centro de la ciudad. Como el día estaba genial nos dirigimos a visitar el Phoenix Park, el pulmón de Dublín, con algo más de 700 hectáreas.

Delante de la estación de Heuston.

Este parque tiene una larga historia, desde que los normandos tomaron la zona en el siglo XII, pasando por la orden de San Juan, incluso Enrique VIII. Se estableció como coto de caza real con faisanes y ciervos en el siglo XVII, para lo que hizo falta amurallar el perímetro, con un coste de nada menos que 31,000 libras. Durante finales del siglo XIX se sucedieron los infames asesinatos del Phoenix Park, donde el secretario jefe para Irlanda y el subsecretario fueron apuñalados con un bisturí por un grupo de revolucionarios irlandeses conocidos como the Invincibles.

En 1922, junto con la independencia de Irlanda, la residencia del lord teniente de Irlanda que había sido construida en el siglo XVIII se convirtió en Áras An Uachtaráin o la residencia del presidente de la nación irlandesa.

Delante del monumento Wellington en Phoenix Park.

Después de esta pequeña didascalia sobre el parque vamos al quid de nuestra visita. Entramos por la parte sur, cerca de río Liffey y nos dirigimos al monumento Wellington. Acto seguido nos dirigimos hacia el norte para intentar localizar a los famosos ciervos del parque. De camino observamos la residencia del presidente antes citada, así como la cruz papal que fue erigida para celebrar la misa que dio San Juan Pablo II durante su visita a Irlanda en 1979. Continuamos buscando los ciervos y pasamos por al lado de lo que es la residencia del embajador de EE.UU. Parecía que no íbamos a poder encontrar a los ciervos pero finalmente los avistamos por una arboleda junto a la residencia del embajador.

Una vez disfrutado de la estampa, cogimos un bus para volver al centro de la ciudad y disfrutar de un rato tranquilo reponiendo fuerzas y comprando algún que otro souvenir.

Y sin más nos dirigimos a la parada para coger nuestro autobús de vuelta a Swords y así prepararnos para el próximo día de clase.

¡Nos vemos en la próxima!

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Andres Cuñarro

2 pensamientos en “SWORDS – fin de semana y vuelta a Dublín

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