SLIGO – 23/07 – Excursión a Galway

¡Hola a todos!

Ya es fin de semana en Sligo y eso sólo puede significar una cosa: es día de excursión. Como ya habíamos adelantado en días previos, la excursión tiene como destino Galway.

Foto de grupo junto a la estatua de Oscar Wilde.

Esta ciudad está situada en la costa oeste de Irlanda, a unos 140 kilómetros de Sligo. Con unos 80.000 habitantes, es la cuarta ciudad más poblada de Irlanda, después de Dublín, Cork y Limerick. Tiene algunos edificios realmente emblemáticos, como por ejemplo la catedral de Ballaghaderreen (o catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Nicolás) o la iglesia de San Nicolás, fundada en 1320 y dedicada a San Nicolás de Myra, patrón de los marineros.

Atendiendo a las explicaciones de Roisin.

Así que tras un tranquilo trayecto en autobús llegamos a nuestro destino. Nos bajamos y rápidamente contemplamos la majestuosidad de la catedral desde su exterior y la rodeamos para dirigirnos a nuestro punto de encuentro con nuestra guía, la elocuente y dicharachera Roisin.

La visita guiada comienza en Eyre Square, donde nos va contando la historia de la ciudad mientras observamos la arquitectura de la misma. Por lo visto la ciudad durante la Edad Media estaba controlada por una oligarquía de catorce familias mercantes de las que doce eran de origen normando y las otras dos de origen irlandés. Son conocidas como las Tribus de Galway, cuyos estandartes se pueden observar en Eyre Square.

Foto de grupo junto al río Corrib.

Nuestra visita continúa por las calles del centro, donde se pueden observar algunos de los vestigios de los castillos de dichas familias. Seguimos por el mercado hasta la iglesia de San Nicolás, para terminar en la desembocadura del río Corrib, junto a la que podemos contemplar el arco español, indicándonos que en tiempos de Cristóbal Colón esta ciudad fue un importante puerto comercial.

Después de la visita guiada, disponemos de tiempo para comprar diversos souvenires y reponer fuerzas, o incluso explorar la ciudad a nuestro ritmo. Algunos incluso se atreven a tocarnos alguna pieza musical con su recién estrenada flauta como en el caso de Alejandro, otros se mimetizan con los lugareños cual Sean Thornton en el hombre tranquilo, como es el caso de Manuel.

Sin más, llega la hora de volver y todos nos reunimos, montamos en el autobús y nos dirigimos de vuelta a Sligo par así poder descansar después de un largo día.

Buenas noches a todos una vez más.

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Andres Cuñarro

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