La semana pasada nos pasamos las tardes haciendo deporte: el lunes fuimos a la piscina de Cabra a desentumecer los músculos (estaba prohibido tomar fotos) y el martes empezamos nuestra particular pretemporada aprendiendo los “skills” básicos del fútbol gaélico, de cara al partido amistoso que nos enfrentará a los alumnos locales el próximo lunes, a modo de despedida.
Así aprendimos las normas del deporte por excelencia en Irlanda, que combina movimientos y gestos de otras disciplinas como el fútbol, rugby, voley, baloncesto, balonmano… y con el que nos lo pasamos en grande.
El miércoles, que es nuestro “half-day” en el colegio, fuimos a visitar las Collin Barracks, antiguo e imponente destacamento militar a orillas del Río Liffey convertido en museo nacional en la actualidad, conmemorando los hechos que llevaron a la independencia de Irlanda desde 1916 hasta la culminación del proceso y consecución de un Estado propio en 1946.
Allí pudimos ver múltiples ejemplos de vestimenta militar, así como armamento o curiosidades de la época, incluyendo un lugar reservado a la participación de los irlandeses, que fueron muchos y en ambos bandos, en la Guerra Civil española.
El jueves retomamos los entrenamientos de fútbol gaélico, ya en los campos exteriores, y pudimos aprender también a jugar al hurling, otro deporte típico irlandés y con cierto peligro, al depender del uso de unos sticks parecidos a los del hockey.
Al terminar la sesión oficial, aún tuvimos tiempo de quedarnos jugando un partidito a “nuestro” fútbol, que ya lo echábamos de menos.
Para terminar la semana, tuvimos de nuevo half day debido a un certamen que tenía lugar en el colegio, por lo que nos fuimos de excursión a Malahide, un pequeño pueblo costero con mucho encanto, donde visitamos el parque que rodea su castillo y luego pudimos disfrutar de un rato por el centro y el muelle.
El sábado pasamos el día en Dublín, donde hicimos un tour visitando los puntos emblemáticos de la ciudad: desde el GPO, oficina de correos con un papel fundamental en la historia reciente de Irlanda); el imponente Spire, las muchas estatuas que hay por O’Connel Street que conservan los agujeros de bala de hace cien años; el enorme campus del Trinity College, la primera y más famosa universidad de Irlanda; el Half Penny Bridge; el carismático barrio de Temple Bar y la sala donde empezó U2 así como el hotel que ahora regenta Bono; la estatua de Molly Malone; las dos catedrales, la oficial y la extraoficial, así como el recreado asentamiento vikingo que se haya a las puertas de la de St. Patrick; el Castillo de Dublín y sus emblemáticas estatuas, también el “Muro de la Vergüenza”, y finalmente fuimos a comer al St. Stephens Park y disfrutamos de un rato libre para comprar y pasear por Grafton Street, una calle que siempre está llena de gente y en la que hay siempre música en directo.
El domingo fue el día con las familias y ayer, que era festivo para los alumnos de secundaria, nos hemos pasado el día en el Phoenix Park, el parque más grande de Europa y que tenemos a escasos metros de nuestras casas, donde tuvimos oportunidad de alquilar unas bicis e ir en busca de los famosos ciervos, a los que logramos encontrar después de pedalear bastante.
Ahora sólo nos queda una semana, así que toca aprovecharla!
Hola Aldo, quiero felicitarte por qué los niños están encantados contigo.
muchas gracias.
un saludo