¡Feliz Samaín a todos!

Este martes hemos tenido que madrugar más de lo que lo hacíamos habitualmente para ir la academia de inglés, dado que las clases aquí comienzan a las 8.30. Como seguramente bien sepáis, aquí lo que se celebra es Halloween, el día del miedo. Y haciendo honor al día que era, lo hemos empezado asustados. Asustados por el primer día en el instituto. Las preguntas que predominaban antes de la entrada a la recepción de St. Catherine’s School eran ¿me llevaré bien con mi buddy? ¿las clases serán muy difíciles? Seguid leyendo queridas familias porque os lo contaremos en breve.

La emoción que ha destacado entre nosotros tras este primer día ha sido la sorpresa. Tras el recibimiento por parte de la organizadora del programa en la escuela, nos hemos reunido con los buddies, que son estudiantes británicos que nos van a acompañar estas dos semanas para manejarnos por el colegio. Los buddies estarán encargados de recogernos todas las mañanas y en cada break y nos llevarán a las asignaturas que les correspondan según sus horarios. Tras las primeras clases hemos descubierto que los estudiantes, que son de nuestra misma edad, están estudiando cosas que nosotros estudiamos hace dos años. ¿Seremos los españoles unos cerebritos o acaso los británicos están un poco atrasados? Bueno, la realidad es que poco importa si ya conocíamos el temario de ciencias naturales o de la asignatura que sea porque al fin y al cabo, ¡estamos aquí para aprender inglés!

Os vamos a contar un poco del horario en St. Catherine’s: las clases comienzan a las 8.30 y tienen un break de 15 minutos a las 11.10 y otro de media hora para tomar el lunch a la 13.30. En ambos descansos nos reunimos todo el grupo en el comedor del colegio, que es el punto de recogida de nuestros buddies y donde vamos a comer todos juntos. Tuvimos algún problemilla y malentendido con los buddies respecto a venir a buscarnos al comedor, ya que a algunos no les quedó claro el sitio, pero bueno es el primer día así que es comprensible, ¡seguro que el resto de la semana va todo sobre ruedas!

Una vez terminamos las clases, la teacher Olivia nos recogió en la recepción del cole para coger el bus que nos llevaría al Sovereign Centre, un centro de ocio donde hay deportes, piscina, etc. Lamentamos deciros que solo tenemos una foto debido a que no se podían hacer fotos dentro del recinto, pero en ella podéis ver que esta actividad nos ha gustado mucho. Estuvimos jugando con una pelota de playa, ¡e incluso hicimos tres amigos ingleses! Aparte la piscina estaba muy guay porque pensábamos que iba a ser una básica de natación pero era de esas que tienen una máquina para generar ondas como si estuviéramos en la playa, esta actividad se va de cabeza a nuestro top 3 actividades favoritas de todo el viaje hasta ahora jejeje.

Trayecto al Sovereign Centre

Hoy, miércoles, hemos tenido un día un poco más tranquilo. Ya sabíamos a qué nos enfrentábamos así que no estábamos muy nerviosos, y nos alegra decir que hemos tenido más facilidad para relacionarnos con los buddies también. Las clases se nos hacen algo largas, “¿por qué no podemos volver a la academia?” pero bueno aquí no se está nada mal en realidad. Nos dan macarrones para comer, los buddies nos llevan a las clases, ¡y si suspendemos un examen que hagamos aquí no cuenta para la nota! ¿Qué más podemos pedir en esta vida?

Descanso para el lunch

A las 3, nuestra querida Olive nos recogió en la entrada del instituto para coger nuevamente el bus, que nos llevaría al centro de la ciudad, donde se ubica el Towner Museum. Familias, sabéis que nosotros somos siempre súper honestos: el arte no es para nosotros, o por lo menos no el arte contemporáneo. La verdad es que no nos ha quedado muy claro qué significaban algunas de las obras allí expuestas, pero bueno como somos unos chicos curiosos nos hemos entretenido dando una vuelta por las exposiciones.

Hemos oído que se aproxima un temporal complicado aquí en Reino Unido, ¡pero esperemos que no nos impida divertirnos en las actividades que quedan esta semana!

Un abrazo enorme a todos 😀

Noelia García Mouriño