Visita al alcade de Bournemouth

A pesar de que algunos casi no se levantan, en gran parte debido al trote causado por la excursión a Londres, de la que llegamos muy tarde, los alumnos hoy empiezan el día en la Bournemouth Language School, donde pueden reunirse con sus tutores, jugar por última vez al futbolín y sobre todo, esperar con ansias a las actividades de la tarde.

Primero, el minigolf, esta vez con un ambiente arcade y con música y luces de colores, los monitores están asustados en un primer momento pensando que se han equivocado y han metido a los chiquillos en una discoteca, pero no, nos reparten los palos y las bolas y podemos empezar a jugar.

Casi que ni planeado, cuando el último grupo termina el último hoyo, es el tiempo indicado para empezar a caminar hacia el ayuntamiento. Una vez llegamos nos recibe el alcalde vestido de gala, con un toisón, cuyos eslabones están inscritos con cada uno de los nombres de los eméritos alcaldes de Bournemouth, afortunadamente para él, la ciudad tiene solamente unos doscientos años de historia y una larga longevidad de sus alcaldes, por lo que es asequible tal prenda.

En su despacho, vemos la maza ceremonial que se usa para establecer oficialmente el inicio de todos los actos del ayuntamiento, también nos enseñan réplicas de las no tan elegantes mazas que se usaban en otros tiempos para atizar a aquellos que se querían escaquear de pagar los impuestos. Destaca también un Don Quijote, regalo de un embajador español, que adorna la estancia junto a las joyas y los cuadros de los concejales fundadores.

De ahí podemos ir al pleno del ayuntamiento, donde ocupando su puesto central nos explica el proceso de debate y sanción de leyes del órgano municipal. Para terminar la velada, volvemos al despacho dónde nos regalan algunos detalles y nos mandan darle saludos al alcalde de Vigo por hacer posible esta visita.

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Lorgio Fernandez Alvarez

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