¡Comienza nuestra segunda semana! Y nos vamos al colegio.
Tras un fin de semana sin parar, la visita de hoy va a ser más bien tranquila. Vamos a Mevagissey, un pequeño pueblo pesquero a menos de media hora de Saint Austell.
Como siempre, salimos del cole y vamos en bus hasta la estación donde nos tocará coger otro bus. Allí nos está esperando Mrs Pomerey. Esperamos un rato hasta que llega la línea 24 ¡Nos vamos a Mevagissey! Por el camino ya podemos apreciar que nos dirigimos a un lugar pequeño. La carretera es estrecha, incluso más de lo habitual, y está cercada en su mayor parte por árboles que nos van dando sombra. Ya llegando, por los claros que a veces nos dejan ver más allá de la carretera, podemos ver la costa y los acantilados, que caen tras grandes prados verdes. Finalmente nos bajamos en una parada a sus afueras. Es tan pequeño y sus callejuelas son tan estrechas que ni siquiera el bus de línea puede entrar en él.
Empezamos a callejear por un pequeño laberinto de calles estrechas con casas de no más de tres plantas, suelo adoquinado y apenas coches.
Estamos en el centro del pueblo, rodeados de casas, pero al final de una calle se atisba el puerto. La marea está baja y hay pequeños barcos de pesca. Desde el muelle podemos ver varias filas de casas situadas en lo alto, mirando al mar.
Tras admirar las vistas, nos empieza entrar el hambre. Así que nos volvemos a adentrar en el pueblo en busca de algo que comer. Parece que vamos a acabar aquí nuestra visita, en un pequeño local reponiendo fuerzas con unos sándwiches y fish and chips.
