“Early to bed and early to rise makes a person healthy, wealthy, and wise”. Este es nuestro consuelo ante los horarios británicos.
Segundo día de clase, los nervios e iniciales ya se van desvaneciendo ahora tenemos que ir a la parada ¡Y no confundirnos! No vaya a ser que nos pase lo de ayer.
A algunos el colegio nos queda lejos de casa, pero hemos encontrado la solución para estirar un poquito más nuestro descanso y es terminar de arreglarnos en el autobús, más de uno ha llevado su neceser consigue y parece que el lunes serán más.
A las 8:40 llegamos al colegio y nos vemos con nuestros buddies en el Main Hall. Los seguimos a ciegas, son nuestro perro lazarillo. No tenemos ni idea qué asignaturas nos tocan hoy. Matemáticas ¿Toca o no toca? Sí toca ¿E inglés? No, parece que no toca…
Sin ellos tampoco sabríamos a donde ir. Cada edificio es un mundo, de conocimiento. Hay el edificio de lengua, matemáticas, ciencias, arte… hay tantas clases y lugares diferentes que solos nos sería imposible llegar a tiempo a clase.
Durante el día, hemos demostrado que hay una asignatura que no se nos resiste, que la controlamos más que ningún inglés que estudie en Oxted: Español. Tan altos son nuestros conocimientos en la materia que hemos sido profesores por un día, corrigiendo ejercicios y resolviendo dudas.
También han puesto a prueba nuestras dotes pictóricas y gracias al maravilloso tigre dibujado por Miguel la hemos superado con nota ¡Pero qué bien pinta!
Llega la tarde y vamos al pueblo, nos han dicho que proyectan en el cine Downton Abbey ¿Puede haber una película más inglesa que esa? Es la escusa perfecta para comprar unas palomitas y algo de beber y probar esaos sofás de los que tan bien nos han hablado. ¿Y nos enteramos de la película? ¡Claro! Y si no entendíamos algo reíamos cuando los demás lo hacían y solucionado.
Al terminar, nos subimos al autocar y durante el trayecto no paramos de preguntarnos: ¿Cómo será Londres?
