¡Nos vamos a Londres!

El día por el que tanto preguntaban nuestros pupilos por fin ha llegado. Eso sí, a un coste importante: madrugar. Desde las seis de la mañana hay que estar en pie para poder llegar a las ocho al punto de recogida, aunque algunos afortunados pueden llegar caminando o los traen en coche. Milagrosamente todos estamos antes de la hora, por eso de la puntualidad inglesa, que nunca falla… menos hoy, que se alinean los astros y nuestro conductor llega ¡media hora tarde! Menos mal que ya nos llegan los primeros rayos de sol para combatir el frío mañanero. Cuando por fin llega la guagua nos metemos con prisa, tenemos ganas de llegar a Londres.

El viaje transcurre sin incidencias, algunos afortunados duermen, otros amenizan la jornada con música, unos pocos miran con resignación por la ventana durante las dos horas que tardamos en llegar.

Una vez nos bajamos podemos empezar con el turismo, la primera parada es el Harrods, unos grandes almacenes de lo más fancy. Demasiado para algunos, que prefieren ahorrarse las perras y comprar los recuerdos en otro lado.

Una vez el grupo ha salido, nos dirigimos al Arco de Wellington, cerca de Buckingham Palace… está lo suficientemente cerca para poder apreciar la típica estampa londinense, y con suerte nos podremos acercar un poquito más a ver los demás monumentos de la capital. Fracaso absoluto, no sólo está abarrotado de personas, algunas de las cuales están dispuestas a esperar ¡14 horas! para poder presentar sus respetos a la recientemente fallecida Isabel II, sino que también muchos locales, turistas y aficionados aprovechan para llevar flores y contemplar este momento histórico. Pero para nosotros significa que todo el centro está cerrado, como nos informa la policía local y además como se puede comprobar en Google Maps:

Con resignación damos un rodeo y nos dirigimos a Hyde Park, dónde nos consuela el pack lunch que nos prepararon los anfitriones. Como hay algo de tiempo libre, algunos alumnos se dirigen a otras atracciones turísticas de su agrado, como una tienda de golosinas o uno de los restaurantes más caros de Londres, dónde además se cruzan con unos Youtubers en plena grabación.

Pero no todo está perdido, uno de los museos, el de Historia Natural, se encuentra apartado del congestionado casco histórico, y podemos apreciarlo con toda tranquilidad.

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Lorgio Fernandez Alvarez

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