Empezar las clases un martes a las 8 de la mañana después de estar 12 horas viajando no suena muy divertido, lo sé, pero al final del día, nos fuimos todos a casa con un buen sabor de boca.
Muchos tuvieron que levantarse bastante pronto para prepararse para la escuela ya que habíamos quedado para coger el bus al colegio juntos a las 8.11, pero por suerte las familias los acercaban el primer día al punto de encuentro o, como a algunas, al cole directamente.
Una vez allí, nos reunimos con las directoras de la escuela y la del programa. Les dieron otro pack de bienvenida (horarios, libreta, identificador, mapas de la escuela…) y les presentaron a sus “English buddies”, que son compañeros ingleses del instituto que se van a hacer cargo de ellas en las clases durante estas tres semanas, y las ayudan a llegar a clase, conocer la escuela, y básicamente, ayudarlas con cualquier problema que surja durante las clases.
No nos volvimos a ver hasta el lunch, donde estuvimos hablando un poco sobre su día y compartieron experiencias mientras comíamos.
Después del lunch, tienen una clase más, y a las 15.05 acaban las clases, y nos reunimos todas en “drama hall” y salimos hacia el punto de encuentro para vernos con Chris, el monitor local que nos va a llevar a hacer las actividades. Una vez con él, comenzamos la actividad del día. Ya que era su primera vez en la ciudad, esta consistía en conocer el centro de la ciudad, sitios importantes y conocidos. Conocer algo de la historia de la ciudad y saber cómo moverse un poco por ella.
Por desgracia, tensamos al máximo la capacidad de las niñas de mantenerse despiertas, ya que a las pobres se les veía en la cara que estaban muy cansadas después de todo el día en clase, así que en cuanto acabamos, nos aseguramos de que todas sabían como volver y nos aseguramos de que se subían al bus correcto o, a aquellas a las que recogían en coche, que llegasen bien.
Una vez llegaron a casa y me avisaron, procedieron a hacer “house tour”, compartiendo de nuevo, cosas de lo más variopintas, al igual que las cenas.
Poco después, empezaron a quedarse dormidas, así que cerramos la historia del primer día en Norwich oficialmente.
