Buenas tardes desde Mitchelstown!
Ayer fue la última excursión de nuestra estancia en Irlanda, todo lo bueno llega a su fin…
Como siempre, en nuestro autobús (que es casi igual de rojo que las sudaderas, para no desentonar) y con Billy, nuestro adorable conductor, eso si muy majo pero con un acento tan cerrado que hasta el monitor irlandés entiende la mitad de lo que dice (y con suerte).
Después de atravesar varios miles de vacas y hectáreas de verde hierba, llegamos a los acantilados y, cómo no! estaba nublado. Pero, una vez más, la lluvia paró para que diéramos un paseo por este maravilloso paisaje,
Algunos, además de los souvenirs que compramos en la tienda, nos llevamos también unos cuantos kilos de barro en ropa y zapatos, nunca se sabe cuándo puede ser útil un poco de ese barro irlandés tan exclusivo 😉
Después del paseo, volvimos al bus (y a comer, que estamos tan adaptados al horario que a las 11:30-12 tenemos muchísima hambre) y fuimos hasta Limerick para hacer las compras de última hora. Evidentemente, no faltó el Pennies (Primark en España), tienda estrella del viaje que visitamos en todas las excursiones.
Hoy pasamos el día con nuestras familias y amigos irlandeses, aprovechando al máximo hasta el final de esta experiencia 🙂
Hasta pronto!