GOREY
Esta tarde los chicos han quedado en el pueblo para celebrar todos juntos el cumpleaños de Vicente, que como ya os conté hace unos días estuvo de cumple y no pudieron celebrarlo hasta hoy. Después de mucho tantear, decidieron ir a cenar a un restaurante chino del centro en el que pensábamos que habría karaoke, pero al final los domingos no está habilitado. Como yo digo, siendo españoles, no necesitamos ningún micrófono. Os podéis imaginar a los 14 hablando por los codos en un restaurante, ¡solo se nos oía a nosotros!
(Foto de Vicente, cumpleaños con las manos en la masa)
Pero además de esto, tengo que daros una mala noticia. No es que ellos no quieran volver a Vigo (aunque alguno ya cambió de idea, y en vez de quedarse aquí solo, quiere traer a sus padres a pasar las Navidades a Gorey…). Ahora el problema real es que ¡No quiero yo! Los trece, muy riquiños, tenían preparada una sorpresa, y es que me trajeron un ramo de flores, como ellos dicen, ¡”a pesar de ser coruñesa”!
Así que ahora la que tiene ganas de quedarse aquí y adoptar a los trece otras tres semanas, soy yo. Tendré que hacer un esfuerzo para llevarlos de vuelta a casa…
¡Hasta mañana!
