Después de un largo día de viaje, l@s chic@s se reencuentran antes de las clases y empiezan a contarse unos a otros cómo son sus host families, qué hicieron al llegar a casa y las primeras impresiones.
A la entrada del instituto, nos reciben con una sonrisa y dispuestas a ayudarnos en todo lo posible. Después de explicarnos cómo va a ser el funcionamiento, distribuyen a l@s chic@s por aulas, llevando un/a estudiante inglés/a como acompañante cada uno (en algunos casos, cada dos).
Desde una sala de trabajo para personal del instituto, se ven pasar a l@s chic@s en los intercambios de clase. Me ha alegrado ver sonrisas en las caras ya conocidas. A pesar de ser para ell@s algo negativo no poder estar junto a sus compañer@s españoles/as, ya se están adaptando a esta experiencia, que seguro recordarán siempre.