¡Hola, hola!

El blog de hoy será cortito pero intenso, como lo es nuestra aventura en la isla esmeralda. ¿Preparados/as para lo que se viene?

Cargando historia…..

Día 14 – Sábado para descanso del personal

Poco que comentar del sábado, que fue nuestro día libre. Cada persona lo aprovechó como quiso. La mayoría estuvieron en Swords pero algunas personas también se atrevieron a merodear por Dublín por su propia cuenta.

Igual para algunas cosas no son independientes, pero para disfrutar de su día libre y quedar con sus amigos/as, si. Y mucho. Y que nadie les diga lo que tienen que hacer o cómo hacerlo.

Por la noche, hubo partido del mundial de rugby, en el que se enfrentaban Irlanda y la todopoderosa Nueva Zelanda, y aquí nuestros primos quedaron eliminados. Una pena. Yo aproveché para vivir la experiencia desde un pub local, así que no me puedo quejar del resultado:    Irlanda 0 – Iago 1.

Día 15 – Acantilados y mar 

El domingo empezó siendo frío pero muy soleado. A medida que fueron pasando las horas, la temperatura se volvió más agradable y tuvimos el tiempo perfecto para nuestra excursión con Jamie.

Cogimos un bus que nos llevó por toda la costa, una ruta de película, pasando por Malahide, Portmarnock y con final en Sutton. Desde el autobús, se podían observar, las playas, islas y acantilados del mar irlandés de tonos verdosos (os recomiendo que pongáis los nombres en Google y ya veréis que son lugares con encanto). Pero los chavales iban más pendientes de sus cascos y de su música que del paisaje que les rodeaba: Irlanda 0 – Bad Bunny 1. Quizás Jimena sea la única que se ha fijado y que ha sacado alguna foto para el recuerdo.

En la estación de tren de Sutton, que tiene el mar justo a lado, cogimos el tren con destino a Howth, nuestro destino final.

En Howth vimos el ambiente de un domingo: un montón de familias y turistas pasando el día. Este pueblecito tiene un puerto muy chulo y un parque alrededor, donde la gente se sienta a disfrutar del fish and chips o incluso de un ice-cream. 

Nuestra juventud se sentó en el espigón, a ver cómo rompían las olas y cómo la brisa marina se llevaba los gritos, perdón, las voces de nuestras chicas, las cuales estaban muy animadas y cantaban con ansias una canción de Taylor Swift.

Otro grupito seguimos caminando por la zona y vimos a unos señores pescando. Aquí iniciamos un profundo intercambio de anécdotas relacionadas con el mundo de la pesca: que si yo una vez casi pesco un pulpo en la ETEA de Teis, que si mi abuelo era aficionado a la pesca y yo siempre le acompañaba, que si en mi pueblo nos reímos de los madrileños porque se comen los peces que pescan en el puerto, etc.

Al rato nos fuimos y empezamos nuestro paseo. Una ruta de 1h subiendo por senderos estrechos al borde de los acantilados. Al llegar arriba, a un sitio bastante chulo desde el que se observa bien la costa y el faro, la máxima preocupación de vuestros/as hijos/as fue: sentarse, comer y beber. El mar ya lo tienen muy visto, debo ser yo el único que le presté atención a la vista desde allí. Teis e Mugardos como todo o mundo sabe… de interior non son.

Marchamos de allí pero antes de volver hasta el pueblo, había que pillar un bus. Si les decimos a Claudia, Laura o Leire que tienen que caminar de nuevo más de 30 min, creo que hubiese acabado aquello como el rosario de la aurora. Esperamos unos 15 min por el bus, pero nos dijo un conductor, que el bus estaba fuera de servicio y que había que esperar al próximo dentro de unos 20-30 min. Así que para amenizar la espera, paramos en una tienda para comprar algo y reponer energías. Qué alboroto y qué escándalo. Alboroto porque imaginaos a 14 adolescentes españoles famélicos y sedientos en busca de la merienda perfecta. Escándalo porque todavía no superamos el precio de las cosas. Es bastante caro hasta respirar.

Cuando el siguiente bus llegó, su rueda rozó contra el bordillo de la acera. Pensamos que la rueda había explotado. Y que nos tocaba caminar, porque no íbamos a esperar por otro más para que también nos dejase tirados. Leire preguntó en inglés como los indios: la rueda, boom? Afortunadamente para todos/as, la rueda no boom.

En bus, volvimos al centro de Howth, donde Carla T disfrutó de su dulce diario (a esta niña tenéis que mirarle el azúcar, just saying) y fuimos a por nuestro querido tren de vuelta a Sutton.

Aquí, le amargamos la tarde a Sara que quería estar en su casa de vuelta (bueno en realidad yo creo que quiere estar en España de vuelta, pero eso ya es más complicado🤣🤣🤣🤣🤣)… pero oh sorpresa… íbamos a tardar en volver a Swords, porque el bus también estaba fuera de servicio y tuvimos que esperar 30 min al siguiente… ¡¡¡para que luego digan del Vitrasa!!!

Y si pensáis que la tortura había llegado a su fin, estáis muy equivocados/as. SE PUSIERON A BAILAR Y A CANTAR. Pero Dios mío, qué he hecho yo para merecer esto. Además, apareció un grupo de niñas repelentes, que nos empezaron a mirar y luego nos empezaron a hablar. Y nos dieron la lata en el autobús de vuelta. Y venga a grabarse vídeos, y a pedirse los nombres de sus cuentas en redes sociales, etc. Aparentaban no más de 10 o 12 años la verdad, pero creo que en realidad eran mayores. Lo que eran, eran un pelín insufribles… hasta la conductora del autobús amenazó con bajarlas. Y cuando por fin se fueron, y nos dejaron en paz, descubrimos cuál había sido la causa de su revuelo: Se habían enamorado 😍 de un precioso jovenzuelo español de cabello oscuro… Hasta aquí puedo leer. Hagan ustedes sus propias cábalas.

Día 16 – Fútbol gaélico y hurling

Hoy después del colegio, hicimos actividades deportivas. Bueno, más que hacerlas, lo intentamos. Y como no podía ser de otra forma, eran deportes típicos irlandeses.

Para no aburriros con los detalles, que son menos interesantes que los de la excursión, os diré que las chicas tenían pocas ganas de participar, y que a los niños les daba un poco igual que el fútbol gaélico se juegue también con las manos. Ellos tenían su balón de fútbol en los pies y a correr….. Todo esto con el uniforme del colegio. Lo siento si os habéis gastado un buen dinero en zapatos o ropa para el uniforme, pero que sepáis que parecían Ronaldinho.

Algunas de las chicas también probaron el hurling, que se juega con unos palos largos con los que se golpea una pelota pequeña.

Os dejo algunas fotos, pero vamos, ahora sí que puedo decir: Irlanda 1 – Nosotros 0. Porque éramos un cero a la izquierda practicando sus deportes.

Cuando cayó un poco el sol y daba sombra en el patio, no aguantábamos ya el frío. Así que le dijimos a Sean: Carretera y manta! Adiós!

Hasta aquí el reportaje.

Iago.