¡Hola hola, familia! <3 ya de viernes, ¡vamoooos!
Hoy escribo desde el local al que hemos venido a jugar al mini golf. Nuestrxs mini seres de luz se han dividido por grupos y están ahí dándole a los palos. No sé los detalles, hoy no voy a poder hacer la actividad con ellxs. ¡A ver qué me cuentan cuando acaben! Están jugando con un par de estudiantes de Hazeley, Nikita y Stephanie, que son las que nos acompañan en las afternoon activities.
Seguimos sin muchas novedades desde que os escribí hace dos días. Aún están con varias clases libres al día en las que se quedan conmigo. De cara a la semana que viene estoy pensando en proyectos (individuales y grupales) que podamos hacer en esas horas. Me mata verles sin nada que hacer durante varias horas seguidas. Pero, sobre todo, les mata a ellxs. Sé que a priori podéis pensar, “sí, hombre, tienen tiempo libre y no les gusta, ya, ni de coña”. Lo entiendo. Tal vez el primer día es divertido, pero el día número cinco sin apenas distracciones, os aseguro que empiezan a aburrirse. No nos enseñan a estar solxs. Algunxs empiezan a desquiciarse. Yo les dejo estar con el móvil a ratos, o les dejo que estén hablando. Pero claro, si somos muchos, llega un punto que eso es un descontrol. Así que hoy ya me he tenido que poner un poco más seria para que haya algo de orden. No quiero obligarles a estar calladxs