¡Buenas, buenas!

Este sábado lo hemos pasado en Plymouth, una ciudad con un gran legado marítimo. Dicen de ella que es uno de los puertos naturales más grandes y bellos del mundo, y ciertamente ha servido como base para las fuerzas navales de Gran Bretaña durante siglos.

Los británicos la llaman Britain’s Ocean City (ya que es un puerto importante con una posición estratégica a medio camino entre el Atlántico Norte y el Canal de la Mancha).

El plan fue el siguiente: Levantarse prontito para encontrarnos con Olivia a las 8 en la plaza y de ahí, subirnos al tren para iniciar el viaje de más de 1 hora. Tuvimos también que hacer transbordo, así que estuvo la cosa cerca de las 2 horas realmente.

A la ida cambiamos de tren en Newton Abbot y a la vuelta en Exeter-St Davids. Al cambiar tren en la ida, pillamos un tren con poquitos vagones y que iba bastante lleno, así que nos tocó ir de pie un rato. Hasta que un par de estaciones después, los chavales ya pudieron sentarse. Aquí podéis ver a Teo, África e Iria de pie.

La verdad es que en general (quitando el trocito que pasamos de pie) fue un viaje en tren tranquilito, pero a Iria no le gustó nada la experiencia de viajar en tren (le pareció un rollo).

Una vez llegamos a nuestro destino, nos pusimos a caminar pero no había mucho que ver……. Resulta que la ciudad fue destruída por las bombas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Eso significa que no había muchos edificios antiguos ni calles con historia. Pero bueno, la ciudad tiene otras cosas como veréis a continuación.

Lo primero que descubrimos fue la zona comercial y caminando llegamos hasta el ayuntamiento.Y muy cerca de allí, los jardines de San Sebastián con una bonita fuente, ya que esta ciudad inglesa está hermanada con la población vasca.

Detrás del ayuntamiento, está la famosa iglesia de St Andrews que lleva siglos en el mismo lugar pero que ha pasado por diferentes formas (por ejemplo, un humilde lugar de culto para los pueblos germánicos que llegaron aquí, iglesia protestante del siglo XV, y ahora una iglesia reconstruída después de los destrozos de la guerra). Realmente no nos acercamos a verla pero os dejo una fotillo de Internet igualmente porque es un edificio bien curioso.

Nos dirigimos inmediatamente a la zona conocida como The Hoe, que cuenta con un impresionante memorial de los marines que fallecieron en servicio y nunca pudieron recibir un entierro digno. Justo detrás, se encuentra también el sonado faro rojiblanco llamado Smeaton’s Tower.

Después de esto, bajamos a la zona del puerto deportivo, llamada The Barbican. Justo aquí se encuentra el acuario más grande de todo el Reino Unido. También es una zona bonita para callejear y descubrir los pequeños negocios como restaurantes o tiendas. Si os digo la verdad, hoy la zona no lucía muy bien, era un día nublado, todo estaba cortado por obras y había bastante basura en el suelo… No se veía muy limpio para ser el mejor sitio de Plymouth… Así que os enseñaré cómo se supone que debe de lucir este sitio en un fantástico maravilloso día de verano ☀️☀️☀️☀️☀️:

En estas calles pudimos probar un dulce típico británico (fudge) es algo así como un trozo de azúcar, parecido a un toffee pero menos pegajoso y súper dulce.

Y, por último os traigo una foto de grupo que nos hicimos en frente a un graffiti. Espero que hayáis disfrutado leyendo la entrada de hoy, pero realmente fue una excursión flojita porque la ciudad es bastante normalita. Nada que nos impresionara realmente.

¡Ah! que ya casi me olvidaba. Hubo quién decidió pasárselo bien y literalmente detener al grupo para que les quitáramos una foto con las cabinas rojas de teléfono. Hasta un coche tuvo que esperar para aparcar para que pudiéramos sacar las fotos jajajajjaja ¡¡Menuda risa!!

Hasta otra,

Iago.

Iago Rodríguez Diéguez