¡Hola familias! El martes empezó nuestra toma de contacto con el clima londinense, estuvo lloviendo toda la noche y siguió un buen rato por la mañana. Debido a las lluvias también se volvió a averiar la Victoria Line (esto parece el día de la marmota), así que llegamos un pelín tarde a clase, aunque el miércoles sí que llegamos puntualmente a pesar de la lluvia. Estos días en clase han sido entretenidos, casi todos han tenido ya que diseccionar un corazón, aprendemos de literatura inglesa y, lo más divertido, ayudamos a nuestros compañeros ingleses con sus deberes de mates, ya que aquí llevan un nivel más bajo y parecemos unos genios de las matemáticas.
El martes por la tarde no tuvimos clase por ser la jornada de padres del colegio, y como tampoco abrió la cantina, nos encargaron unas pizzas y estuvimos comiendo en la sala de profesores, nada mal. También el martes por la tarde, para variar un poco, el colegio nos ofreció la opción de ir a pasar un rato a una de las piscinas públicas de Hornsey (cubierta, of course), así que aquellos a los que les apeteció estuvieron un rato a remojo y el resto nos fuimos a dar una vuelta por West Crouch End, el pueblo al lado de Hornsey. El miércoles por la tarde tuvimos bádminton en el colegio, nos pusieron unas redes y pudimos estar un buen rato practicando.
Por lo demás, todos estamos ya completamente adaptados a los horarios y al transporte, aunque la lluvia ha pillado a algunos un poco desprevenidos y han tenido que ir corriendo a comprar un paraguas. Cómo no, han acudido directos al Poundland, pero un paraguas de un pound no es que sea lo más fiable y más de uno ha acabado un poco remojado…
Bye for now!
Lorenzo.