¡Cuando llegamos no nos lo podíamos creer! Estábamos rodeados de tanto ciervos que tan sólo queríamos acercarnos un poco para verlos más de cerca, tal cúal estuviéramos en un safari en medio de la sabana. ¡Eso sí, aquí no había león a la vista!
Al final, los ciervos escapaban de nosotros ya que estábamos rompiendo la idílica tranquilidad de su ecosistema. !Qué paciencia tuvieron con nosotros¡ 😉
Antía & Rebeca