Aquí estamos un día más para poneros al tanto de lo que va ocurriendo por tierras inglesas.
Hoy ha sido un día relativamente tranquilo, y cuando digo tranquilo, es muy tranquilo. ¡Nos ha tocado hacer yoga! Algunos han preferido jugar al fútbol en su lugar (decían que el yoga no les relaja, pero esto que quede entre vosotros y yo). Después de la sesión de yoga, hemos cambiado a algo un poco más movidito: unos partidos de baloncesto. Eso sí, en el segundo partido se nos unieron algunos ingleses. Poco a poco la integración va surtiendo efecto.
Comenzamos con el yoga al aire libre. La verdad es que casi nadie tenía idea de lo que había que hacer. Menos mal que teníamos a nuestro amigo Google y a la monitora. Con ellos dos pudimos hacer diferentes posturas, aunque algunas no hemos sido capaces de hacerlas. ¡Son muy complicadas! Menos mal que esta era una sesión de yoga básico, que sino… Algunos quedaron tan relajados que lo único que querían hacer después era dormir.
No obstante, nos tocó seguir con nuestra tarde de deporte y nos mudamos al polideportivo. Allí comenzamos calentando un poco antes del gran partido (bueno, en realidad dos). Unas canastas por aquí y algunos pases por allá, y estábamos todos listos para empezar el partido. Se repartieron los petos y formamos equipos. Fue difícil cogerle el tranganillo, pero al final aún conseguimos encestar alguna. En el segundo partido se nos unieron dos ingleses, uno para cada equipo, así que fue más entretenido (eso sí, ellos jugaban bastante mejor que nosotros).
Después de este día tan zen, mañana volvemos al colegio con las pilas cargadas. ¿O no? La actividad de la tarde es sorpresa, así que mañana lo descubrimos.
