De Beetlejuice a Agatha Christie

El viernes comenzó como cualquier otro día en West Exe School pero ya con vistas al fin de semana. Ya es notable cómo los chicos se van adaptando mejor a la dinámica de las clases, los cambios entre aulas y el ambiente académico que la escuela ofrece. La mañana estuvo cargada de actividades y clases interesantes, donde cada uno de los estudiantes, acompañado por sus “buddies” del colegio, continuó progresando en sus materias y participando activamente en las lecciones. A pesar del ajetreo matutino, la energía se mantenía alta, tal vez porque todos sabíamos que la tarde nos esperaba con algo especial: ¡una salida al cine para ver Beetlejuice 2! Varios decían que tuvimos suerte porque la cartelera de estos días no tenía demasiadas opciones.

Esta secuela, dirigida por Tim Burton, era una de las películas más esperadas por el grupo. Para aquellos que ya conocían la historia original de Beetlejuice, había una mezcla de curiosidad y nostalgia, mientras que los que no la habían visto antes estaban ansiosos por descubrir el mundo excéntrico que Burton suele crear o aprovechar el rato de la actividad para dormir 😀 Nos acomodamos en las butacas, con palomitas en mano y algunas compras del super Tesco – que, por supuesto, metimos a escondidas porque algunas cosas no cambian aunque estemos en Inglaterra.

La película no defraudó: con su característico humor oscuro, efectos visuales deslumbrantes y un elenco que volvió a dar vida a estos personajes tan icónicos, Beetlejuice 2 nos mantuvo al borde del asiento. Al salir, no faltaron las conversaciones sobre las partes favoritas: algunos quedaron fascinados por los efectos especiales, mientras que otros destacaban las ocurrencias de los personajes.

El sábado, la aventura continuó con una excursión muy especial. Nos dirigimos a Torquay, un lugar con un encanto único en la costa del suroeste de Inglaterra. Torquay es conocida no solo por sus hermosos paisajes y su ambiente tranquilo, sino también por ser la ciudad natal de una de las escritoras más emblemáticas de la literatura mundial: Agatha Christie. La visita fue una mezcla perfecta de turismo y cultura, y todos estábamos emocionados de caminar por las mismas calles que inspiraron a la autora de tantos clásicos del misterio.

La mañana en Torquay comenzó con un recorrido por sus principales puntos de interés. Mientras paseábamos por la ciudad, era fácil entender por qué Agatha Christie amaba tanto este lugar: los paisajes costeros, las casas de estilo victoriano y la atmósfera relajada tienen un aire especial que parece ideal para dejar volar la imaginación. Exploramos los rincones de la ciudad: fue una oportunidad perfecta para aprender más sobre la vida de la escritora, su obra y cómo su entorno influyó en algunas de las novelas más vendidas del mundo.

Después del recorrido cultural, aprovechamos el resto del día para relajarnos y disfrutar del clima, que, a diferencia del viernes, nos regaló una tarde soleada y fresca. Algunos pasearon por tiendas, otros se relajaron  Torquay, con sus playas y su ambiente costero, fue el escenario perfecto para desconectar por un rato. Algunos estudiantes aprovecharon para pasear junto al mar, mientras que otros se relajaron en las cafeterías locales o simplemente disfrutaron del paisaje. La belleza de este rincón de la costa inglesa es difícil de describir, pero todos quedamos encantados con la serenidad que ofrece, tan distinta del bullicio de otras ciudades.

El sábado en Torquay fue una mezcla perfecta de cultura, historia y tiempo libre. El contraste entre el día de cine en Exeter y la tranquila visita a la ciudad costera hizo que el fin de semana fuera variado y enriquecedor. Cada uno de los chicos pudo disfrutar de actividades diferentes y compartir experiencias que, sin duda, enriquecieron aún más su estancia en Inglaterra. Desde la ficción de Beetlejuice 2 hasta las historias de detectives de Agatha Christie, el fin de semana estuvo lleno de momentos memorables que seguro seguiremos recordando y comentando en los próximos días.

Un abrazo y nos seguimos leyendo,

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Camila Triñanes Perretta

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