Quiero contar cómo van estos días, cómo se están adaptando y cómo disfrutan de las actividades que hacemos. En general, todo sigue su curso y poco a poco se les ve más cómodos con la rutina y los madrugones.
Las mañanas fueron como siempre: colegio, clases, todo bien. Ya se les nota más sueltos, así que nada fuera de lo normal.

El lunes por la tarde fuimos a jugar al crazy golf a Exeter, que es como un minigolf pero lleno de luces y obstáculos extraños.

La verdad, lo más divertido para alguno no fue tanto el golf en sí, sino el botón de “para bailar la bamba” y el espectáculo de luces que había en el baño.

El martes teníamos planeado ir a la costa jurásica de Exmouth, pero el tiempo no acompañó, así que tuvimos que cambiar los planes y acabamos yendo a la bolera. Fue un acierto: se lo pasaron genial y hubo una energía muy positiva en todo momento.

Después hicieron una actividad de intercambio muy curiosa: empezaban con un objeto pequeño (unos caramelos) y tenían que ir por la calle intentando cambiarlo por algo mejor, hablando con la gente y practicando inglés. Al final hubo de todo: bolsas de fruta cubiertas de chocolate, libros, una minibicicleta, una lámpara con gorro, colonia after shave, una bufanda, e incluso un vestido bastante original.
En resumen, todo sigue su curso, las actividades se disfrutan y poco a poco se les ve más seguros y animados.