12 y 13 de octubre – Que todo venga de cero

Ahora ya sí por última vez, ¡hola de nuevo, familias!

Ya estáis todos de vuelta en casa, espero que descansando todo lo que no habéis descansado estas semanas y entre bienvenidas bonitas, pero no quiero que esto termine sin dejar reflejados por aquí nuestros últimos días en Reino Unido y, sobre todo, sin daros una vez más las gracias. Vamos allá.

El último día comenzó prometiendo ser emotivo, con una fiesta de despedida en la que pudieron conocer más aún a sus buddies y afianzar esas nuevas amistades que esperemos duren mucho tiempo. Para coronarlo, ¡una despedida digna de estrellas de cine! Gente gritando, abrazándoles, chocándoles las manos y acompañándonos hasta el autobús, incluso sacando las manos por las vallas. Desde luego, este grupo ha dejado huella en sus compañeros ingleses, fue cómico (pero precioso) ver hasta qué punto es así.

Por la tarde, tuvimos una sorpresa de nuestra activity leader favorita, Lottie, que nos esperaba con cupcakes caseros antes de ir a la bolera. Después de unas partidas de bolos y un ratito en los recreativos, tocó volver a casa a cenar por última vez con las host families y prepararse para la fiesta.

En este momento, el clima británico se preparó para despedirnos. Toda la lluvia que no hemos visto en estas tres semanas llegó la última noche para añadir un toque dramático al final. Pero somos de Vigo, un poquito de agua no va a arruinarnos la fiesta, así que llegamos a la discoteca, en la que nos esperaba una playlist con muchas horas de dedicación detrás y muchas, muchas risas.

Hacia el final de la fiesta, descubrimos también a la clase ganadora del mayor número de puntos en Hello!Exmouth… ¡Los tiburones! Así es, además de divertirnos mucho, parece que también han puesto energía y dedicación en sus clases para volver con un inglés impecable.

Ahora sí, se iba acercando el final… Un par de canciones tristes y muchos, muchos abrazos después, llegó el momento de volver al Strand para comenzar la vuelta a casa. El cariño que se puede generar en tres semanas es increíble.

Unas horitas después de esta primera despedida, a las 4:30 de la mañana, emprendimos el viaje de vuelta. No faltaron vuelos retrasados, maletas perdidas y mucho, mucho sueño, pero ya estábamos cerquita de casa y había que exprimir hasta el último minuto. Según avanzaban las horas, lo hacían también las lágrimas afianzando momentos que serán ya inolvidables. La despedida fue difícil, pero eso solo demuestra lo bonito de estas semanas. Ha habido caos, ha habido cambios inesperados, ha habido sorpresas de todo tipo, sí, pero sobre todo ha habido risas, vínculos y experiencias que nos cambiarán para siempre.

Quiero despedirme una vez más dándoos las gracias. A las familias, por confiar en mí dejando a vuestros hijos en mis manos en una experiencia que sé que puede asustar. Pero especialmente a las 15 personas maravillosas a las que he tenido la suerte de acompañar. Hemos vivido muchas cosas juntos, y habéis hecho de cada momento algo divertido y bonito. Ante cualquier dificultad, habéis demostrado más valor y confianza que personas mucho mayores que vosotros. Habéis encontrado el equilibrio bonito en el espacio que queda entre risa y llanto. Me habéis enseñado que, aun con cansancio, cada momento es bonito en sí mismo y digno de ser aprovechado. También que unos ojos frescos e ilusionados son el mejor accesorio que llevar por el mundo y que, sea cual sea la aventura que espere, siempre podéis llevar a alguien de la mano que la haga más especial. Conociéndoos de toda la vida, conociendo gente nueva y reconociendo a personas nuevas en vosotros mismos, habéis hecho magia. No puedo estar más orgullosa de haber formado parte de vuestro camino, que no hace más que empezar. Puede que esta experiencia sea algo que os acompañe en vuestras decisiones futuras, puede que se quede en el bonito recuerdo de tres semanas de diversión. Quién sabe. Pero, sea como sea, estos días son parte de un nuevo comienzo. Espero volver a veros pronto y saber lo lejos que llegáis y las cosas bonitas que podréis hacer, no me cabe duda de que será así.

Ahora sí, me despido ya con un abrazo enorme, buenos deseos, una sudadera azul y muchísimo cariño,

Ainoa.

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Ainoa Prado Romero

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