Lunes de Competición y Merienda
Empezamos nuestra semana con un plan especial por la tarde: ¡fuimos a echar unos bolos! Fue el momento perfecto para sacar nuestro lado más competitivo mientras disfrutábamos de batidos, patatas fritas, nuggets de pollo y hamburguesas.
Alquilamos tres pistas y formamos nuestros propios equipos. Tuvimos el lujo de contar con nuestra guía, Jess, que se unió al Equipo B, y yo, que se unió al Equipo A. Les dijimos a las chicas que habría una caja de chocolates para el equipo ganador, ¡y esto las motivó muchísimo más!
La mayoría de las chicas sabían jugar, pero algunas solo conseguían mandar la bola directa a la cuneta. Así que les expliqué lo básico y les ayudé a elegir el peso de la bola… Cuando me tocó a mí lanzar, ¡mi bola se fue directa a la cuneta! Las chicas no pudieron parar de reír y perdieron toda la confianza en mí, ¡jajaja!
¡El puntaje individual más alto fue de 102, lo cual es una puntuación altísima!
Después de jugar, corrimos a coger el autobús 35 para llegar a cenar pronto y tener las mejores opciones antes de que los chicos franceses se comieran toda la comida rica, ¡jajaja! De hecho, hemos pedido a la compañía del autobús que nos recoja 15 minutos antes cada día para ser las primeras en la fila de la cena.
Martes de Tranquilidad y Cacao
El martes tuvimos una tarde más tranquila con nuestra guía Jess. Fuimos a The Hive, la biblioteca de la que hablamos en el último blog. Allí estuvieron jugando a juegos de mesa, comiendo algunos pasteles, revisando miles de libros y haciendo puzles mientras afuera llovía a cántaros.
Hemos notado que en los últimos días ha estado haciendo mucho frío, ya que el invierno se acerca rápidamente, y los atardeceres son muy tempranos. Así que The Hive las mantuvo calentitas y a gusto durante toda la tarde hasta que tuvimos que tomar el shuttle de vuelta a casa.
