WONFORD 25/09 – ¡¡¡Hoy toca tarde en kayak!!!

Hola a todos una vez más.

Como bien sabréis hoy no es un día como otros, hoy toca ir en kayak por el río Ex. Por lo tanto, todos se han despertado diligentemente para llegar a su hora al Coach Park, vemos que nos está esperando Ian para llevarnos en el bus hacia el colegio donde vamos todas las mañanas.

Cogiendo energías para lo que se avecina.

Llegamos sin demora a nuestro destino y mientras esperamos al comienzo de las clases, los chicos comentan qué cosas han hecho ayer, tales como su cena u otros detalles. Hoy tenemos alguna clase de español, lo que significa que nuestros alumnos tendrán que trabajar en equipo y ayudar a los de aquí para resolver las tareas que les son encomendadas.

Los patos también tenían ganas de unirse a la idea de un baño.

Una vez terminan las clases los chicos se preparan y nos dirigimos hacia la catedral para comer, tenemos que aprovechar que el tiempo nos está dando una tregua y luce el sol un poco para así comer disfrutando del ambiente y las vistas mientras llega Gabe.

Escuchando atentamente las instrucciones de Niels.

Acto seguido nos dirigimos hacia el río Ex, que es donde realizaremos nuestra actividad hoy. Al llegar nos reciben de manera cordial Niels y Sean, que serán nuestros guías durante la actividad. Todo el mundo se termina de preparar para así poder subirse al kayak lo antes posible. Nos subimos todos y comenzamos a tomar contacto con los remos, lo cual fue más sencillo para algunos. Unos montaron en los de dos personas y un grupo de 4 usaría una canoa. Hicimos unas cuantas carreras, pero no quedó ahí la cosa. También hicimos cambios de tripulantes de unos kayaks a otros donde la clave para el éxito sería una buena coordinación y equilibrio. Seguimos con otros ejercicios de equilibrio en los que se iban poniendo en pie sobre el kayak.

Listos para enrolarse en la tripulación.

Después de alguna prueba más, los más valientes se lanzaron al río montados en el kayak y como es lógico se empaparon. Eso sí, el nivel de diversión fue directamente proporcional a lo que se mojaban. Alguno incluso aprovechó para darse un baño antes de empezar los juegos del camino de vuelta.

Una vez en tierra y ya totalmente agotados de tanto remar, nos cambiamos de indumentara por una seca como era menester. Una vez más volvimos a la estación para coger el tren que nos lleva de vuelta a Exmouth y así dar por terminado el día.   

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Andres Cuñarro

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