¡Hola de nuevo, familias!
Llegó el viernes y el final de las clases durante esta segunda semana. A pesar de eso, los estudiantes no estaban muy animados: tras la tarde de ayer con el concurso de cultura general y la visita a la catedral planeada para esa tarde, los alumnos sólo querían que pasase el día lo más rápido posible para ir el sábado de visita a Cambridge y poder ver a sus amigos y compañeros de Bedford y Milton.
No obstante, tras duras negociaciones, conseguimos alegrarles el día con una actividad sorpresa: ¡tarde en la bolera! Los gritos de celebración se escucharon hasta en Vigo seguramente. Así que, en cuanto sonó el timbre que ponía fin a las clases de esa semana, los estudiantes y yo nos montamos en los taxis enviados por la empresa y pusimos rumbo a la bolera. Los estudiantes se dividieron dos equipos y tuvieron dos partidas por equipo para demostrar quienes eran los mejores jugando a los bolos. ¡Que empiece la guerra!
La partida dio comienzo y los estudiantes estaban pasándolo en grande. Irene y Brais eran dos de los mejores jugadores y, al estar ambos en el mismo grupo, su equipo enseguida se hizo con la ventaja. Mientras que algunos, como David, se desenvolvían bastante bien en el juego, otros necesitaron cierta ayuda extra para conseguir esos deseados plenos.
La tarde se pasó volando y, cuando nos quisimos dar cuenta, las dos partidas ya habían terminado y era hora de irse. Finalmente, el equipo de Brais e Irene se alzó con la victoria y Brais se coronó como el mejor jugador de la tarde con un récord de 100 puntos. Todos los estudiantes coincidían en lo mismo: ¡menos mal que no fuimos a la catedral y vinimos a jugar a los bolos! Fue una gran tarde en la que todos lo pasamos genial. De hecho, se nos hizo algo corta y todo… Pero tocaba volver a casa y descansar bien para la excursión del día siguiente a Cambridge.
That’s all, folks! Nos vemos en próximas entradas.
