¡Hoy ha sido su último día de clase!
Como siempre, he ido a recogerlos al instituto a la salida, y para cuando llegué, estaban despidiéndose de sus buddies. A algunos/as les ha dado más pena que a otros/as, incluyendo a los/as buddies, que incluso les han hecho algún regalo a sus compañeros/as como recuerdo.
Un poco tristes por la despedida, y siendo conscientes de que el viaje empezaba a acabarse, hemos tenido que apurar para llegar a la estación de tren donde nos encontramos con Lesley. Desde allí caminamos hasta el puerto y llegamos justo a la hora para subir al barco donde tendríamos nuestra última actividad: la boat party con los otros cinco grupos de Exmouth y Exeter.
Una vez llegó el último grupo, el barco se puso en camino y empezamos la fiesta. Quienes no habían tenido tiempo de comer o de cambiarse lo hicieron allí, y poco a poco todo el mundo se fue animando a bailar. El DJ nos puso una variedad de canciones, tanto antiguas como recién sacados, inglesas y españolas, y por supuesto, no podía faltar la macarena. Además, dos de las monitoras también los/as animaron a hacer un baile que muchos/as ya conocían de los campamentos.
En un momento dado, también hicieron una conga ¡y de tanta gente que éramos no nos llegaba el espacio!
Dos horas más tarde, y con el barco volviendo para el puerto, el DJ puso la última canción, en la que todo el mundo empezó a bailar y saltar sabiendo que la fiesta se acababa.
Ya en el puerto, y con alguna que otra lágrima, nos hicimos una última foto todos juntos y nos despedimos de los otros grupos, pues el sábado volvían tres para Vigo.
Como la fiesta acabó alrededor de las 16:30h, tuvieron tiempo libre, pero antes, nos despedimos de Lesley, ya que el sábado no venía con nosotros a la excursión.
A las 18h, quedamos todos juntos para cenar en The Merchant, donde habíamos cenado la primera vez. Esta última cena tuvo doble motivo: el cumpleaños de David, que había sido el día anterior; y la despedida, pues dos días después nos volvíamos a casa.
Después de que cada uno/a hubiese disfrutado de su plato y que David hubiese soplado las velas, nos volvimos para casa. Habíamos tenido un día bastante completo, con diferentes emociones por motivo de las despedidas, y al día siguiente tocaba madrugar para nuestro último viaje, esta vez a Plymouth.
¡Se nos acaba el viaje y no queremos irnos!
