Hoy hemos quedado bien temprano, para ser un sábado, en la entrada del Pavillons, que se a convertido en uno de nuestros puntos de referencia.
Una vez allí, esperamos a que viniera el 102 para llevarnos a Howth, trayecto que duró 1 hora y que incluyó tren!! Aunque solo fueron 4 minutos, una parada….
Una vez allí fuimos a un mercado a ver qué había por allí, y más de alguno nos compramos un café bien calentito, pues hacía algo de frío. Otros optaron por comprar ovejitas de peluche y otros, el grupo más hambriento, un “hot-dog” irlandés.
Al acabar, nos dirigimos al puerto, donde nos encontramos con una familia de focas, si, focas en un puerto, lo nunca visto. Los niños se la pasaron sacándoles fotos y vídeos hasta que ellas se cansaron y se alejaron de nosotros.
Una vez llegados al final del paseo por el puerto nos scamos varias foto-postus y volvimos para comenzar la ruta por los acantilados, de la cuál teníamos planeado hacer un tramo.
La ruta es preciosa y tiene unas vistas increíbles, nos parábamos de vez en cuando a sacar más fotos y fuimos hablando y escuchando música.
Cuando encontramos un descampado en el que no hiciera demasiado viento hicimos la tan esperada parada para comer, y varios avistaron lo que parecían ser alpacas en la cima de la pequeña colina que teníamos detrás, y allá fueron corriendo para acercarse un poco y sacarles fotos.
Al acabar de comer, decidimos volver, pues llevábamos mucho tiempo caminando, y nuestras piernas ya empezaban a notarlo.
Una vez de vuelta a la zona de la ciudad, tuvieron 1h libre para descansar tirados en la hierba o hacer alguna última compra. Tras la que nos volvimos a reunir para coger el tren t bus de vuelta a casa.