El día ha llegado al fin. Son las 9:30 en Peinador cuando empiezan a aparecer las primeras sudaderas rojas. Y poco a poco fuimos llenando el aeropuerto de estudiantes ilusionados, pero también de padres y madres con nervios. Algunos estudiantes ya se conocían entre ellos y los que no, tuvieron la oportunidad de saludar a sus compañeros y compañeras de viaje.

Antes de empezar nuestro viaje desde el aeropuerto de Vigo, recibimos la visita del alcalde, Abel Caballero, que les dedicó unas palabras a los estudiantes. Con su simpatía habitual les animó a aprovechar al máximo esta experiencia y disfrutar de ella todo lo posible. Y después de esa pequeña reunión, muchos fueron los que quisieron sacarse fotos con él. Después de eso, llegó la hora de facturar  y despedirse. Para algunos de los estudiantes, este era su primer vuelo. Pero aún así, a pesar de algún mareo, todo fue como la seda. Aunque el viaje empezó una hora después de lo previsto debido a unos retrasos de la compañía aérea, no repercutió demasiado en el resto del viaje.

Hicimos una pequeña escala en Madrid, donde el personal de la compañía aérea se aseguró de que llegásemos sin problema al siguiente avión que teníamos que coger. En cuanto llegamos a Londres nos encontramos con nuestra Activity Leader, Aysegul, quien nos acompañó en el autobús que nos llevaría a nuestro destino. Nos dio alguna información útil junto con un mapa de la ciudad y el billete de bus para la primera semana. También nos informó del cambio en la programación de las actividades del día siguiente. Los estudiantes no irían al instituto hasta el miércoles, y el martes nos reuniríamos en la escuela de The English Experience, cerca del centro de Norwich.

A mitad de camino hicimos una parada. En ese momento aprovechamos para cenar ya que, como la mayoría sabréis, en Reino Unido no se cena tan tarde como en España. Una vez llegamos a Costessey, las familias de acogida estaban ya esperando para recoger a los alumnos. Después de un día de viaje, el cansancio ya se notaba, así que fue una alegría poder ir ya a las casas a descansar. 

A pesar de que fue un día agotador, no hubo grandes problemas. Nos vamos a dormir con ganas de empezar ya a descubrir todo lo que Costessey nos ofrece.