Colchester- 29 y 30/09. Cumples y Cambridge

Hola de nuevo familias!

Estamos ya entrando en la recta final de nuestra experiencia en Colchester y lo hacemos con dos cumples para celebrar… 😊

El viernes fue el cumple de Marta. Por la mañana tuvimos clases, como siempre, y en la clase de español con María Riley la mitad del grupo cantó por Marc Anthony. Aunque a Pablo no le gustó nada 😅

Por la tarde, tal y como estaba programado tuvimos visita cultural al Castillo de Colchester, donde pudimos ver cómo era la vida en la Edad Media y probarnos algunas cosas que se utilizaban en la época.

Esta vez cambiamos la hora de recogida para poder ir todos juntos a cenar y celebrar los cumples todos juntos. Por unanimidad decidieron cenar en un restaurante italiano que hay justo al lado del castillo, llamado Mamma Mia, y al que los chicos van a veces. Después de que Marta soplase las velas, ya nos fuimos porque el sábado nos esperaba un largo día. Pero aquí os dejo unas fotos de la cena, incluso el chef salió a recibirnos porque su novia es española… 😅

A las 7.15 habíamos quedado en la estación para coger el tren a Cambridge, así que ya os imagináis el madrugón! 😖 pero de esta salimos curtidos en madrugar. Dos trenes y llegamos a Cambridge.

Primera parada en el mercado, donde encontramos souvenirs, comida de toda clase y nacionalidad, flores… un rato de tiempo libre y rumbo a la Universidad.  Primera parada en Pembroke College, uno de los edificios históricos donde se dan clases, se duerme y come, e incluso se casa la gente, como pudimos comprobar. Siguiente parada King’s College, uno de los edificios más importantes de Cambridge, pero por desgracia, la entrada está restringida, y sólo se puede pasar previo pago… así que como nuestras tripas ya empezaban a rugir, decidimos ir hacia el río para comer.

Nuestro primer intento de asentamiento se vio frustrado por unas cuantas vacas que, aunque no se movían, habían dejado el campito minado 🤣🤣🤣, así que decidimos movernos. Hoy le tocaba soplar las velas a Daniela, y he de reconocer que se le da estupendamente dividir y cortar tartas de cumpleaños. No es que por aquí sean ninguna maravilla, pero se dejó hincar el diente bastante bien.

Después de comer, hubo tiempo libre  para poder dejar listas las máximas compras posibles, y que no les quedase nada atrás. Así que, a las 5 estábamos rumbo a Colchester otra vez, porque aún teníamos por delante casi dos horas de tren. Como anécdota, deciros que nos tocó un vagón silencioso, y que tuvieron que hacer un esfuerzo enorme para estar callados, y lo importante es que no hubo quejas!

Hasta el lunes,  con más cosas que contaros.  Un abrazo!

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