Y al séptimo día Dios descansó, pero no el grupo Chessington, que se enfrentaba al reto de la segunda excursión consecutiva. En esta ocasión tocaba un puerto de alta categoría: un tren, un metro, un cercanías y un tranvía para llegar al punto 0, Greenwich.
La primera parada se produce en Cutty Sark, en donde nuestra guía Fara nos cuenta la historia del origen del nombre de este lugar (en resumen, un inglés que bebió más de la cuenta y se encontró con meigas e trasnos). Al llegar nos recibe un majestuoso galeón, simbolizando el gran poder naval de esta nación.
Segunda parada, el museo marítimo. Fara nos cuenta que Greenwich ha sido siempre un importante puerto naval y mercante, es por ello por lo que se decidió erigir aquí un museo con más de 4 millones de piezas de todas las épocas.
Había dónde elegir: la ruta hacia India de Vasco de Gama, la batalla de Trafalgar, la de Waterloo, las exploraciones en el Ártico,… Pero nuestros chicos y chicas lo tenían claro, y no dudaron en contemplar esta obra por más de 30 minutos.
Tercera parada, el observatorio de Greenwich. Tras subir una pequeña colina y descubrir que estos jóvenes se han olvidado de lo que es vivir en vigo, llegamos al observatorio de Greenwich, lugar desde el que poder contemplar una panorámica de Londres a orillas del Támesis digna de la próxima foto de Instagram. Es aquí donde Fara nos revela el gran secreto: ¿Por qué se llama meridiano de Greenwich? Para ello hay que remontarse varios siglos atrás, y esque en este puerto se llegaron a producir hasta el 70% de las transacciones marítimas de mercancías; es por eso por lo que para planear un viaje tenían en cuenta la hora de Greenwich (GMT o Greenwich Meridian Time).
Cuarta parada, mercado de Greenwich. Un lugar idóneo para dar tiempo libre a nuestros chicos y chicas y que disfruten de los diferentes puestos de comida internacional (incluidas las empanadillas), de ropa vintage y de souvenirs hechos a mano.
Todo el grupo está agradecido a Fara por habernos hecho disfrutar con este viaje, con una capacidad para cautivar a la audiencia envidiable.
A descansar que mañana hay clase
Song of the day “Sailing” – Mike Oldfield
