Hey, what’s up??
Desde Bath llegamos con noticias calentitas (aunque el tiempo es ya súper frío) de lo que han hecho hoy vuestros/as hijos/as.
Y es que después de pasar la mañana en su adorado colegio católico, hemos aprovechado la tarde para hacer un tour por la abadía (anglicana, como no podría ser de otra forma).
Recuerden ustedes que en este país tienen la “Church of England” gracias al rey Enrique VIII, que allá por el siglo XVI decidió divorciarse de su esposa Catalina de Aragón, separándose de la Iglesia Católica Romana, y que no contento con ello, formalizó otros cinco matrimonios en busca de un heredero varón.
En resumidas cuentas, los católicos son una minoría en el país, bastante estrictos (como os podrán corroborar los chavales cuando vuelvan a casa) y aquí el bacalao lo cortan los anglicanos, más liberales, que tienen la figura del arzobispo de Canterbury y del Rey o Reina.
Bueno, pues con esto explicado, deciros que nos recibieron hoy en la abadía, un templo precioso, y que nos hicieron un paseo guiado para contarnos curiosidades. ¡¡Y las guías eran muy simpáticas!!
Entre los datos curiosos que nos contaron está el hecho de que, durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba alemana cayó justo al lado de la abadía y aunque no la destrozó, sí hizo añicos la vidriera principal que está detrás del altar. Y se pudo reconstruir gracias a la ayuda de los vecinos y de un descendiente del cristalero original, que ayudó a erigir de nuevo las ventanas.
Otra anécdota que tuvimos la suerte de conocer fue que hace más de 1.000 años (sí, mil, no reviséis los ceros, que son mil) en el mismo lugar en el que estábamos (cuando la iglesia que existía era probablemente mucho más modesta), tuvo lugar la coronación de uno de los primeros reyes de Inglaterra, Edgar el Pacífico, allá por el 973. Y curiosamente, esta coronación no celebraba el inicio de su reinado, sino más bien lo contrario, que estaba llegando a su fin y así todos podían ver lo bien que lo había hecho y culminar su mandato por todo lo alto.
De hecho, su coronación ha sido muy famosa…. Ha marcado el protocolo y sentado las bases de todas las ceremonias de coronación de los reyes ingleses hasta la actualidad. Increíble, ¿verdad?
Bueno, pues nosotros nos hemos saltado un pelín ese riguroso protocolo y hemos decidido recrearlo (con Zaira como Dunstan, arzobispo de Canterbury por aquel entonces, y Erika como King Edgar).
También nos han comentado que en 1973, con motivo del milenario de la coronación, la reina Isabel II se acercó a ver la vidriera lateral (la que tienen detrás nuestras actrices), ya que allí también está representado ese momento de la historia inglesa.
Después de eso, nos hablaron de las campanas, de algunos sepulcros y tumbas dignos de mención, y de cómo el suelo de la abadía era un cementerio para personajes ilustres… que llegó a albergar más de 7.000 difuntos. Escalofriante cifra, sí, lo sabemos… pues imaginaos ver todas las lápidas y las cosas que allí conservan, se calcula que alrededor de unas 1.500. No sé, resulta incómodo. Y ya ni hablar de todo lo que han perdido o destrozado. En fin, una experiencia única.
Hasta mañana y good bye (que viene de la antigua expresión God be with ye, o en castellano, “Dios esté contigo”).
Iago.
