Qué poco queda ya!
En unos días esto se acaba y nosotros no hacemos más que aprovechar cada minutos de los pocos que nos quedan en Bath.
Este jueves después de clase tuvimos un amplio tiempo libre para ir haciendo nuestras últimas compras, tirarnos en el Royal Crescent y mentalizarnos de que el martes volvemos a casa. Tras el tiempo libre tuvimos una actividad nocturna, de estas que te tienen obsorto por un par de horas y te olvidas de todo lo demás: nos fuimos a la bolera.
¿Pero sabéis qué? Resulta que no hay bolera en Bath, la más cercana está en una especie de centro comercial a medio camino entre Bath y Bristol y ese era nuestro objetivo. ¿Y sabéis como llegamos? Pues en bus, pero no un bus normal: un minibus conducido por nuestro queridísimo Andrew, que nos dio a todos una sorpresa cuando nos mostró su oculta faceta de autobusero.
En la bolera nos dividimos en tres grupos y nos dedicamos a lo que tocaba: arrasar con cuantos más bolos mejor! Pero la partidilla se nos hizo corta, así qu eal acabarla nos quedamos en el recinto en la zona de los recreativos mostrando nuestras dotes en la máquina de bailar, conduciendo motos, etc.
Y el viernes como viene siendo habitual… pisicina! Pudimos disfrutar de nuevo de los toboganes con las ansias que produce saber que iban a ser las últimas carreras del viaje (aunque quien sabe, quizás volvemos en un par de años).
Hasta mañana!!
