Pues bueno, padres, madres, chicos: ha llegado el día. Nuestro último día oficial en Athlone, Irlanda. El final de nuestra aventura Irlandesa y por supuesto nuestra última entrada en este blog.
¿Por que no empezamos el blog como cada día, y os contamos un poquito sobre hoy?
Hoy los chicos recibieron sus diplomas de graduación en su último día en TUS, junto con sus niveles de inglés a primera hora en el salón de actos junto con todos sus compañeros internacionales. Muchos de ellos recibieron premios por su participación, por su entusiasmo, por su compañerismo y por su excelencia en clase; y a cada premio que se recibía, más aplausos, vítores y gritos llenaban el salón de actos. Volvieron a cantar a todos sus profesores la canción de Molly Malone (que ya se ha convertido en nuestro himno oficial del viaje) y montaron un auténtico festival. Hubo bastantes lágrimas, no os vamos a mentir, los profesores ya llevaban un tiempo diciéndonos que eran un grupo genial, y hoy nos repitieron que se iba a notar muchísimo su ausencia.
Al salir de sus actividades normales de la tarde, allá por las 4:30, nos los llevamos a cenar a TODOS (porque ya, oficialmente, no hay COVID a la vista) al pueblo para pasar nuestra última tarde en familia. Y la verdad es que comimos (y nos lo pasamos) genial!
Y qué decir, la verdad, que no hayamos dicho ya durante todos estos blogs diarios que hemos hecho con tanto cariño, y todas las fotos que hemos compartido con vosotros hechas también con todo el cariño que hay.
Nos hemos enamorado de vuestros hijos, y es que en sólo tres semanas han conseguido hacernos sentir como si fuesen también un poquito los nuestros. Nos han hecho el honor, porque no hay otra manera de decirlo, de dejarnos entrar un poco en sus vidas; de compartir con nosotras sus amores, sus secretos, sus nuevos amigos, los nervios de hablar un idioma que no es el suyo en una ciudad que no es la suya, sus momentos de emoción y sobre todo los de disfrute. Nos han colmado de abrazos, de risas y también de agradecimiento. Nos han hecho sentir, a riesgo de repetirme, como sus mamis aquí en Irlanda. Y como buenas mamis postizas que ahora somos el regalo más grande que nos llevamos de esta experiencia es haberlos visto disfrutar como lo han hecho y verles poco a poco perder esa inseguridad de la adolescencia y transformarse en los jóvenes adultos que son y serán: fuertes, independientes, felices.
Después de los últimos años que nos ha tocado vivir a todos nosotros, a veces tendemos a esperanzarnos con cuentagotas. Pero vuestros chicos han conseguido que volvamos a tener esperanza en el futuro que vivirán y que viviremos. Verdaderamente han dejado Vigo por todo lo alto, formando aquí una pequeña familia de la que nos enorgullece muchísimo haber formado parte.
Así que lo último que nos queda por decir, es BRAVO: por vosotros, por mi compañera Carme (porque no podría haber tenido a nadie mejor aquí ni aunque la hubiese pedido por catálogo), y por supuesto por todos y cada uno de vuestros niños. No nos quedan ya más palabras de agradecimiento posibles.
Hoy, con más cariño que nunca, os damos las buenas noches, os enviamos un fuerte abrazo, y nuestros mejores deseos para el futuro.
-Carme y Aida.