Pues ya es lunes y comenzamos con las clases en el colegio. Por la mañana a las 8.10 ya estábamos todo en la estación para coger el bus.
El colegio está un poco lejos, es cierto, pero es una MARAVILLA. Está prácticamente a estrenar, lleva menos de un año abierto y las instalaciones son de película.
Nada mas llegar, la directora del departamento internacional nos estaba esperando y tras una cálida bienvenida, fue entregando a cada niño su horario, corbata, un pase y una libreta (caray como nos cuidan) Además, a cada alumno se le asignó un “buddy”, un compañero del propio cole para que les hiciera de anfitrión y les enseñase el centro.
Este cole no funciona como en España, cada alumno se mueve a una clase diferente en cada hora y es muy divertido verlos por los pasillos
A las 1.15 es el break para comer y los chicos llevan de sus casas un pack con el almuerzo, que suele ser un sándwich, una pieza de fruta, agua y unas patatillas o chocolatina. Evidentemente no faltaron las comparaciones entre los chavales. Ya están empezando a entender que cada casa es diferente y se adaptan mejor. Algunos menús gustan mas, otros menos, pero todos tienen sus paquetitos y negocian e intercambian cosas entre ellos.
Después de comer, a eso de las 2.30 volvimos en bus al centro e hicimos un pequeño paseo con un local por la zona de Swansea. Esta persona nos ayudó mucho a situarnos por el barrio. Nos mostró donde queda la piscina, el cine, la bolera…y hasta nos aconsejó sobre que tienda es la más barata.
¡No podía faltar nuestra foto de equipo con la bandera de Vigo! La foto que veis es la del pueblo, cerca del centro comercial.
Tras despedirnos del guía local, tocaba la hora de ir a casa para cenar y los chicos se fueron en el autobús. Si bien es cierto que cada uno debía saber que numero de bus y donde debía bajarse…hubo que echarles un cable. Pero no os preocupéis que para eso estamos aquí nosotros. Todos llegaron a casa en hora y ya van sabiendo cómo moverse sin problemas.