¡Por fin es viernes!

No nos podemos quejar. Y es que, a pesar de todo, la lluvia parece querer respertarnos por ahora, al menos a ratos. No cantemos victoria, no vaya a ser…

El viernes comenzó de la mano de nuestra querida Ms. Hutton. Habíamos planeado una visita turística al centro de la ciudad pero, tras arduas negociaciones, decidimos cancelarla por culpa del tiempo. De modo y manera que, finalmente, algunas de las chicas optaron por ver la versión original de la película “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, mientras que otro pequeño grupo acudió en primicia a la flamante biblioteca del centro abierta por primera vez y en exclusiva para nuestras viguesas de honor (gracias, por otra parte, a las magníficas gestiones realizadas por este humilde servidor, ejem). Allí pudieron hojear y ojear multitud de libros y pasar un rato jugando con las versiones más modernas de los “board games” de toda la vida.

Llegó la hora del “packed lunch”, amenizada en esta ocasión por toda una serie de coreografías de las que hemos registrado los convenientes vídeos y que resultan, cuando menos, difíciles de definir. ¡Quién sabe si semejantes tesoros se desclasificarán algún día!

Y como nuestras chicas derrochan energía, nada mejor que una buena caminata hacia la bolera durante la que, esta vez sí, lució el sol. ¡Qué maestría con los bolos!¡Qué presencia! Bueno, normal… ¡con las ganas que tenían de ir!

Y eso por no hablar de la destreza con el láser. Al más puro estilo “Los Ángeles de Charlie”. También alguna se atrevió con el billar. Pero ahí ya hay que pulir el estilo, ¿verdad, Irene?

Y es que, con tanto estrés, no se puede vivir. Así que, nada mejor que otra caminata de vuelta y una cena en grupo para ahogar las penas en Cocacola Zero y repasar lo que el día ha deparado.

Para terminar, tal y como hemos hecho a los largo de casi toda esta semana, le hemos pedido a otra de nuestras chicas, Lucía Mei en este caso, que nos cuente “su versión de los acontecimientos”.

Saludos a todos

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Llegamos al colegio a las 8:45 Para empezar las clases a las 9.
Con una profesora del colegio teníamos planeado ir hasta el centro de la ciudad andando, pero el clima no estaba dispuesto a ayudarnos. Nos dieron a elegir entre 2 opciones. O caminar bajo la lluvia o quedarnos a ver una película. Por mayoría nos quedamos a ver una película, Animales Fantásticos.

En un principio casi todos prestaban atención, pero con el pasar de la película nadie prestaba atención y todos estaban hablando.

Nuestro querido monitor, nos llevó a mí y a unas compañeras a la biblioteca del Colegio, a la cual llevábamos varios días queriendo ir.

Allí había unos cuantos juegos de mesa, el Monopoly y el Cluedo.

Después de ver algunos de los libros que tenían en la Biblioteca, otras dos compañeras nuestras se unieron a nuestro grupo. Todos juntos jugamos una partida al Cluedo.

Debido a la gran existencia de una persona, conseguimos que el lunes se hiciera un pequeño boceto de una excursión por la tarde a Dublín. La excursión era de ir y volver en la misma tarde, lo que solo nos dejaba 2 horas para visitar la capital.

Pero gracias a nuestra encantadora monitora, Marian, conseguimos ir todo el Lunes a Dublín.

Comimos a toda prisa en el comedor del Colegio, para luego ponernos en marcha hacia la bolera. En un principio íbamos a dividirnos en dos grupos, unos iban a ir a la bolera y otros al Museo, pero como esa actividad ya estaba planeada, para otro día, fuimos todas a la bolera.

De nuevo, unas compañeras, yo y nuestro monitor, Roberto nos saltamos la bolera y fuimos a un “centro comercial de al lado” A comprar cosas raras irlandesas. No encontramos nada realmente raro así ir volvimos a la puerta de la bolera. Allí pasamos bastante tiempo haciendo vídeos con música y haciendo fotos.

Después de ese tiempo entramos dentro de la bolera, donde también tenían máquinas recreativas. Jugamos un rato y al final al jugamos al billar con nuestro monitor, Roberto.

Ya era bastante tarde y todas empezábamos a tener hambre, así un fuimos andando hasta más o menos el centro del pueblo donde todas entraron al McDonald’s, pero mis compañeras, Roberto y yo nos fuimos a Antonio’s.

Después de la cena ya era tarde y cada una tenía que irse a su casa, así que fuimos delante del Centro Comercial Fair Green donde cada familia nos iba recogiendo.

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